martes, 11 de marzo de 2014

Margaritas de pétalos impares.

No le gustaban las flores. Tampoco es que le disgustaran, simplemente no entraban dentro del tipo de adorno que elegiría para abarrotar el balcón de su casa, o como regalo que le gustaría recibir en una fecha especial. Un día cualquiera él apareció sentado en el banco frente a su portal con un ramo de margaritas, que posiblemente habría sacado del parque de al lado o del jardín de la rotonda de la esquina. Pero eso era lo de menos…al igual que el día, la hora o el lugar. "No hace falta que las deshojes."- Le dijo con una de esas sonrisas cuyos hoyuelos hacen salir al sol hasta en plena noche.-"Todas dirán que SÍ". Siguen sin gustarle demasiado las flores. Pero deshojar margaritas con número de pétalos impares se ha convertido en una de sus aficiones favoritas.


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