viernes, 31 de diciembre de 2010

Despidamos el año en condiciones.

Y dejemos de lado las prisas, los atascos, los despertadores, los trenes perdidos, y los tequiero no dichos. Déjalo todo atrás, y empieza de nuevo. Ama, sueña, y VIVE.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Cómprate una vida nueva, y haz algo con ella!

Y no digo que vuelvas atrás, a tu pasado más profundo, en busca de cualquier mierda que hayas dejado abandonada en él, sino que mientras vayas tirando hacia delante, vayas cortando los nudos, porque sino "amiga", te guste o no, acabarás teniéndolo bien jodido.


miércoles, 29 de diciembre de 2010

Donde duele, inspira.

Es como un nudo en el estómago, una agonía constante que desaparece únicamente cuando le ves. Te levantas por la mañana y lo primero en lo que piensas es en si seguirá ahí, tal y como le dejaste la tarde anterior. Lleno de tubos, sentado en esa butaca reclinable con las piernas desnudas marcadas por las cicatrices, los pies colgando dentro de sus zapatillas de piel y cubierto con su elegante bata de seda azul. Pálido, escuálido, inmóvil....pero respirando. Las horas transcurren siguiendo la rutina habitual sin que aprecies realmente su contenido, y hasta que no llega el momento en el que subes de nuevo esas escaleras, atraviesas el largo y estrecho pasillo y cruzas la puerta número 111, tu mente no puede centrarse plenamente en nada más, y tu corazón no recupera su ritmo cardiaco normal. Puede que sí médicamente hablando, pero no en lo que se refiere al latir del sentimiento. En realidad no te sientes para nada útil, y una vez que llegas el hecho de permanecer allí el mayor tiempo posible sólo te sirve para alejar la angustia que llega cuando desapareces de la habitación, y dejas de tenerle delante. Entonces te entra de nuevo el miedo, y sientes la necesidad de volverle a ver, aunque sea una vez más...siempre quieres una vez más. Las horas que vienen a continuación no son mas que meras agrupaciones de tiempo en las que el resto del mundo continua con su vida, mientras tu te sientes como si observaras todo desde lejos, ausente, sin ganas. Y cuando por fin llega la noche, te acuestas rogando que al día siguiente puedas volver a verle. No habla, apenas anda ni come, se fatiga y casi ni duerme...pero respira, es todo cuanto puedes plantearte...respira.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Y mientras tanto, ahí fuera, nadie sabe nada.

Te echo en falta. Bastante. Me atrevería a decir que mucho, al menos mucho más de lo que crees. Y en algún sitio lo tenía que escribir.

martes, 21 de diciembre de 2010

Anticongelante, por favor.

Hay veces que la vida exige un cambio. Una transición, como las estaciones. Nuestra primavera fue maravillosa, pero el verano se ha terminado, y nos perdimos el otoño. Y ahora de repente hace frío, tanto frío que todo se está congelando. Dicen que la congelación es uno de los métodos de conservación de la materia más efectivos que existen, pero no resulta nada agradable cuando empieza a hacerte tiritar...que llueva, nieve, truene o granice, pero que después vuelva a salir el sol...por donde quiera, pero que salga.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Bajón de azúcar.

Odio los días grises. Odio el frío, y la lluvia que engaña, la que parece que no lleva agua, pero para cuando te quieres dar cuenta estás calada hasta los huesos. Odio el café, prefiero la leche sola, con azúcar, con mucha azúcar. Odio las tardes de invierno en las que no sabes qué hacer, y te quedas tirada en el sofá sin ganas de nada, viendo como el reloj digital del vídeo va cambiando de números lentamente, como cuando observas caer las gotas de la canilla de un grifo mal cerrado, dejando que pase el tiempo hasta la hora de cenar. Odio pensar, pensar tanto, inconscientemente, sobre un mismo tema, sin si quiera buscar solución, simplemente pensar en ello y darle vueltas hasta marearte, como cuando te subes a la noria después de haber comido patatas fritas. Pero lo que mas odio de todo, es discutir contigo.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Puntos suspensivos.

Justo en este momento, hay seis mil seiscientos noventa y dos millones, ciento treinta y un mil, doscientos setenta y siete habitantes en el mundo. Algunos huyen asustados. Otros vuelven a casa. Algunos cuentan mentiras para poder sobrevivir. Otros se enfrentan a la verdad. Algunos son hombres malos en guerra contra el bien. Otros son buenos, y luchan contra el mal. Seis mil millones de personas en el mundo. Seis mil millones de almas…y a veces, solo necesitas a una.

lunes, 13 de diciembre de 2010

!

Me da igual, he alcanzado tal grado de saturación mental que me da exactamente igual. Nadie le ha dado permiso para entrar en mi cabeza, y ahí está, entró solito, sin avisar, así que puedo permitirme el lujo de conspirar sobre su asesinato. El también ha cometido un crimen, allanamiento de morada, porque es cierto que ya había entrado otras veces, pero con permiso, y por la puerta de siempre, no por la de atrás, por la que te pilla por sorpresa y no sabes cómo reaccionar...claro está, si es que una cabeza puede considerarse una morada...la mía en concreto no es morada, es mas bien amarilla, aunque bueno, eso es el pelo, puede que por dentro sí que tenga cierto color morado...la verdad es que no lo se, ni me importa ahora mismo, sólo quiero que salga, que salga un ratito, poder descansar, ordenar ideas...y mañana será otro día.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Como en una montaña rusa.

Hay momentos en la vida en los que te sientes como si estuvieras en lo más alto de una montaña rusa. Después de una larga subida que transcurrió sin que apenas te dieras cuenta, de pronto todo se detiene. Entonces miras hacia atrás, y al ser consciente del camino que has recorrido hasta llegar al punto en el que te encuentras, una extraña sensación de vértigo comienza a recorrer todo tu cuerpo. Los buenos recuerdos y el miedo a descubrir lo que vendrá después, a perder algo y no poder recuperarlo nunca, hacen que sientas la necesidad de no continuar, de detenerte ahí mismo, de que te cuestiones todo aquello que hiciste y te surjan dudas sobre si elegiste o no el camino correcto. Y mil pensamientos pasan por tu cabeza de forma desordenada, sin darte tiempo a centrarte en ninguno de ellos en concreto, y no encuentras argumentos firmes en los que apoyarte que justifiquen tus decisiones pasadas que tan convencida tomaste en su momento…¿qué haces subida a una montaña rusa si siempre te has mareado fácilmente en las atracciones?...Pero después de esos segundos, imposibles de medir con reloj porque para ti resultan eternos, cargados de inquietud y desconcierto, y sin encontrar ningún tipo de explicación puramente lógica, algo te hace levantar la cabeza de nuevo, mirar hacia delante, y no sin cierta dificultad para coger aire por el nudo que tienes en la garganta y por el vacío que sientes dentro de ti, y tampoco sin perder el miedo que te provoca el no saber qué es lo que vendrá después, continuas hacia delante. No sabes por qué, es más que una explicación racional, es algo intuitivo, un impulso, un sentimiento, pero es tu momento, y no puedes dar marcha atrás, tienes que ser fuerte, tienes que ser consecuente, y averiguarlo por ti misma. Como alguien me dijo en su día, cada vez que un camino se bifurca, siempre podrás elegir entre izquierda o derecha, y si tiempo después descubres que te has equivocado de dirección…ya encontrarás una rotonda para dar media vuelta.


jueves, 9 de diciembre de 2010

Ducha fría, con agua caliente.

De las cortas, de las que pasado un tiempo el chorro se para, y tienes que pulsar de nuevo el botón para que el agua vuelva a salir. Agua caliente, de la que empaña los espejos y genera vapor entre las cortinas. Así, durante unos cuantos segundos, dejas que golpee con fuerza tu cuerpo desnudo, que caiga sobre tu cara y te obligue a cerrar los ojos, y desapareces del mundo, como si no existieras, como si nada existiera a tu alrededor. Y en medio de esa sensación de calma, de tranquilidad, de paz, de pronto todo se detiene, y llega el silencio. De golpe, sin avisar, se para en seco, y vuelves a la realidad. Abres los ojos, te invade el frío, y con tan solo la ayuda de una toalla para cubrirte, estás lista para poner de nuevo los pies sobre la tierra, y continuar.

martes, 7 de diciembre de 2010

.

Hay días que al terminar me dejan la sensación de que ya no queda nada, días en los que pienso que hay exactamente lo que quiero que halla, días en los que siento que necesito más de lo que hay y días en los que me planteo si hubiera sido mejor quedarse con las ganas. Lo cierto es que siendo sincera no tengo ni idea de qué es lo que tengo...pero lo tengo.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Lucha.

Lucha por tus ideas. Lucha por tu honor, lucha por quien te quiere, por quien te apoya, por quien deposita en ti su confianza. Lucha por defender lo que consideras justo, lucha por conseguir una realidad que camine en dirección a un mundo en el que la honestidad, la verdad, la igualdad y la libertad pesen sobre la envidia, la mentira, la discriminación y la opresión, por levantarte cada mañana y sentir que la vida que tienes es exactamente la que quieres tener…pero sobre todo, lucha por ti mismo, porque las decisiones que tomes, la forma en la que salgas adelante y superes tus propias dificultades, es elección tuya y de nadie más, y justamente eso, es lo que nos convierte en personas, lo que nos hace madurar día a día y nos define de una forma determinada y única…lo que nos hace ser como somos.

Lucha, es todo cuanto puedo pedirte...porque si tú bajas los brazos, yo los bajaré contigo.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Miedo.

De lo que de verdad tengo miedo, es de que vuelvas aquí y reclames tu parte en mi mente, y lo terriblemente vulnerable que me sentía entonces. Miedo de que vuelvas y me recuerdes que mis latidos nunca fueron en vano, de que trastoques cada recuerdo que no puedo olvidar. De que vuelvas como quien vuelve en navidad esperando que la casa esté caliente y la cena hecha. De que recorras cada rincón del hogar esperando encontrar todo lo que dejaste en su sitio. De que des por hecho que estoy hecha para algo así. Miedo de tus palabras y aún más de tus silencios. Porque contigo no quiero guerra, quiero paz. No quiero levantarme cada mañana sintiendo que lo que tengo es lo que no quiero para el resto de mis días. No quiero pasar horas contigo día tras día y siempre tener de qué hablar. No quiero caminar sin ir cogida de la mano y aún así sentir que no camino sola. No quiero pensar en tí, así sin querer, y no en el sentido de que lo hago sin darme cuenta, si no en el sentido literal de lo que eso significa, sin querer hacerlo, pero aún así lo hago, vienes involuntariamente a mi cabeza. No quiero quedarme embobada mirándote sin ver nada más, sin ser consciente de qué es lo que tengo a mi alrededor ni cuánto tiempo llevo así, incluso sin prestar atención a lo que me estás contando en ese momento. No quiero mirarte y que se me escape una sonrisa de idiota que no soy capaz de controlar. No quiero que seamos tan iguales, siendo tan distintos, que seamos tan jodidamente compatibles. No quiero nada de eso, pero no puedo evitarlo, no es algo que dependa de mí. Porque lo que más miedo me da es perderte, pero creo que te quiero aquí, conmigo, al menos un rato, al menos hoy. Y que decidamos entonces qué riendas toma la historia, cuántos obstáculos por pasar, o cuánto dura un sentimiento sin fecha de caducidad.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Keep Walking.

Mira, estás donde estás por las decisiones que has tomado, está claro, pero eso no es necesariamente malo. Es simplemente experiencia, para poder ir a donde quieres llegar. Y a donde quieres llegar no vas a ir por las decisiones que ya has tomado, si no por las que vas a tomar. Al menos esa es mi forma de ver las cosas. No puedes perder el tiempo arrepintiéndote de lo que has hecho. Arrepiéntete de lo que has dejado de hacer mientras pensabas en lo que has hecho, de eso sí. Por fin tienes claro lo que quieres, tienes algo por lo que luchar, algo que te hace levantarte cada mañana con energía y marcharte a dormir sin sentirte vacío por dentro. Así que continua tu camino, sigue adelante, y si tropiezas, y caes, levántate y sigue andando, aunque sea cojo, aunque tengas que arrastrarte, sigue. Tómate un descanso si lo necesitas, pero que sea breve, tan sólo una pequeña pausa para tomar aire, no te detengas. No pienses siempre en llegar al final del recorrido, quédate con lo bueno, y disfruta cada instante del viaje como si fuera el último, porque el destino no está escrito y nunca sabes dónde te puede llevar. No dejes que se acabe, al menos no por tí, porque sabes que merece la pena, lo sientes dentro de tí, y si te rindes ahora, siempre te quedarás con la duda de "qué hubiera pasado si..." y acabarás arrepintiéndote durante el resto de tu vida.

sábado, 27 de noviembre de 2010

.

Y sin ánimo ni ganas de luchar por lo que siento, tengo que decir, que a partir de este momento, se me acabaron las fuerzas para seguir apartándome de tí.

sábado, 30 de octubre de 2010

Un sábado más de pre-partido.

Es una forma diferente de jugar, más fría, más cerebral que nunca. Controlas cada giro, cada salto, cada movimiento, lo que para el marcador transcurre fugazmente como un simple segundo perteneciente a esa variable indeterminada que llaman tiempo, para tí significa mucho más. Por tu cabeza pasan tantas cosas que casi resulta imposible de creer que quepan todas en ese único segundo. Recibes, miras, botas, y corres...te detienes, observas, piensas...buscas, no ves nada, pides algo, decides...todo eso funciona como siempre. Pero ahora hay más. Cada gesto va acompañado de comprobar si duele o no, de desear que no se salgan al caer del salto, al terminar el giro, al flexionarte en defensa, incluso mientras corres al tiempo que botas. No puedes estar al cien por cien, es completamente imposible, porque sabes perfectamente que si lo estuvieras no durarías ni un partido completo...pero tampoco puedes dejar de jugar, aunque pierdas, aunque ahora te mueras de la rabia por la impotencia de haber entrado en esa dinámica tan absurda y aburrida a la que sabes que en el fondo no te acostumbrarás nunca...porque si lo haces sentirías que una parte de tí muere contigo, que una parte de tí queda vacía...y por incomprensible que pueda resultar para muchos, te dolería mucho más que el hecho de que puedas perder las rodillas.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Todo el mundo sueña.

Todo el mundo sueña. Es inevitable, así funciona el cerebro humano. Hay quien sueña y luego no lo recuerda, o no lo quiere recordar. Quien sueña con su pasado, con su futuro, con su presente. Hay quien sueña con lo que no es capaz de tener, con lo que le gustaría conseguir algún día, o con lo que tuvo pero ya no tiene. Hay quien sueña para no olvidar y quien sueña porque quiere olvidar y no puede. Quien sueña con lo que presiente, con lo que intuye, con lo que añora, con lo que teme. Hay quien sueña porque no puede dejar de pensar y quien sueña porque no piensa y solo siente. Y yo...yo hoy solo sueño con volver a verte.

lunes, 4 de octubre de 2010

Genève.

Da igual cual sea el momento, la época del año o el lugar. Siempre se respira estabilidad, tranquilidad, calma. Desde que te levantas por la mañana con la suave brisa del viento húmedo del lago hasta que te acuestas cada noche bajo el cielo oscuro y lleno de estrellas. Caminas por la calle y nadie te mira, nadie te juzga, nadie te conoce, salvo la dueña del pequeño supermercado de la plaza de en frente, que tiene controlados a todos los vecinos de la manzana, o el hombre que cada día retira las hojas secas que caen sobre la cancha de baloncesto del patio trasero, que siempre pregunta por cuanto tiempo te quedarás esta vez. Todos son amables contigo, te transmiten tranquilidad, buen humor, y los primeros días, cuando tu tímido francés suena oxidado y lento, se esfuerzan por entenderte y por hacer que les entiendas. Apenas tráfico, apenas ruido, apenas humo, muchas bicicletas, y algún que otro autobús. Las calles increíblemente limpias, los parques llenos de vida, niños y animales correteando de un lado a otro, jardines coloridos hasta en época de invierno...y nieve, mucha nieve, pero de la bonita, de la que no da frío, de la que da paz. El chocolate, tan bueno que nunca te cansa, incluso su olor genera la sensación de que podrías alimentarte sólo de él. Y las largas noches en diferentes lugares, diferente ambiente, diferente gente...incluso en el sofá de casa, con las mantas de colores, las películas en versión original y las series subtituladas o las novelas de Reverte, pero que no dejan de ser noches. Y lo único incoherente es, que aún siendo todo tan perfecto cuando estás allí, hasta ahora, siempre ha habido algo que te ha terminado haciendo querer volver aquí.

Siempre hay algo que te hace volver, algo que se queda aquí, y tarde o temprano te hace querer recuperar tu vida de siempre, en el sitio de siempre, con la gente de siempre. Bajar de la nube, poner los pies en el suelo de nuevo, y seguir adelante, con las pilas recargadas, pero desde el punto del que partiste. En cambio esta vez es diferente, esta vez vuelo con alas...esta vez miro alrededor...y no veo nada.


domingo, 3 de octubre de 2010

Sobre la noche.

No es del todo preocupante, si no mas bien inquietante, desconcertante. Que al despertar me falta el aire que por las noches colma mis pulmones. Y los llena de vida, me llena de vida, me siento libre, hasta que la luz que entra por las rendijas de la ventana me mata cada mañana con su radiante despertar, invadiéndome con cierta sensación de tristeza, y una vez más comienza la odiosa rutina. Y cuando parece que consigo resignarme a ella, el día llega a su fin, el sol se esconde entre su manta clara, la luna saca su traje de luces, y deja paso al aire de nuevo, deja paso a la vida, deja paso a la noche.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Buen viaje Caramoco!!

He empezado esta entrada alrededor de 7 veces a lo largo de la última semana y ninguna de ellas he sido capaz de terminarla. Escribo continuamente desde hace años y normalmente no me cuesta nada hacerlo, pero en esta ocasión siempre quedaban días por delante, tiempo para entender lo que significaba que llegara el 27 de Septiembre. Y aquí estoy, a las 2 de la mañana del Domingo post San Mateo, el Domingo más depresivo del año, porque ya no me queda otro remedio, porque ya te vas. Siempre dices que soy muy fría, y se que tienes razón. Me cuesta tanto expresar mis sentimientos que en ocasiones llego a plantearme si realmente siguen existiendo, o si me he convertido en una persona egoísta, calculadora y cerebral. Pero entonces llegan situaciones como ésta, en las que todo el orgullo que tengo hace esfuerzos que empiezan a resultar inútiles para evitar que se me escape alguna lagrimilla, en las que me apetece decir lo que siento, o más bien necesito hacerlo. Este último año he pasado por momentos difíciles, momentos en los que antes de conocerte no hubiera dejado que nadie se me acercara, y que desde que formas parte de mi vida no he dudado en confiar en tí. No me gusta mirar atrás, pero cuando lo hago y pienso en cada recuerdo, tanto bueno como malo, me doy cuenta de que nunca hubieran sido lo mismo si no hubieras estado a mi lado. Nos lo hemos dicho en otras ocasiones, pero creo que dadas las circunstancias puedo permitirme repetir que para mí eres más que una compañera de fiesta, y más que una amiga, porque eres como una hermana. Por eso me duele que te vayas, porque el hueco que me dejas no lo puede llenar nadie, y ahora que ha llegado el momento quiero darte las gracias, porque me haces ser consciente de que en alguna parte de mí tengo sentimientos. Espero que a pesar de la distancia una vez más nos mantengamos unidas, y no quiero perderte, porque cuento con los dedos de la mano las personas por las que pondría la mano en el fuego, y tú eres una de ellas. Estoy convencida de que estarás a la altura, de que disfrutarás de la experiencia al máximo, y de que cada vez que vuelvas todo será como si no te hubieras marchado, pero aún así quiero que sepas que sigo aquí para lo que sea, que te quiero un montón, que te voy a echar de menos...y que no te haces una idea de lo jodidamente feo que se queda Logroño cuando te vas.

http://www.youtube.com/watch?v=oYlvbbdExVc

jueves, 23 de septiembre de 2010

Caretas narcisistas.

Cómodas, prácticas, y bastante útiles...es cuestión de saber llevarlas.

martes, 14 de septiembre de 2010

Decepción.


Lo mejor, no esperar nada. Así si lo pierdes, o no lo consigues, no te afecta. Si no acabas queriendo un montón de cosas que antes no querías. Y de vez en cuando te engañas, y piensas que puedes tenerlas.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

viernes, 3 de septiembre de 2010

Nostalgia.

Me prometí no pensarte. Me prometí no llamarte, no escribirte, ni si quiera hablarte. Me prometí limitarme a ignorarte, a seguir adelante hasta conseguir olvidarte, y enterrar en el recuerdo todo cuanto me dejaste. Me prometí tantas cosas que creía haber cumplido...pero sin embargo aquí estoy, en uno de esos momentos en los que flaqueas, en los que la frustrante y odiosa nostalgia te vuelve débil...en los que te das cuenta de que el tiempo cura las heridas, pero no las cicatrices...y por más que lo he intentado, es inútil, aunque me pese...soy incapaz de odiarte.

Andas y andas, y parece que te alejas...pero un día miras al suelo, y te encuentas exactamente en el mismo punto que antes.

lunes, 30 de agosto de 2010

3 minutos.

Dicen que el tiempo se puede medir, que al margen de lo que puedas vivir mientras éste transcurre no deja de reducirse a meras agrupaciones de horas, compuestas a su vez de minutos, que se suceden uno tras otro de forma secuencial sin distinción alguna en cuanto a su duración. Pero todo ésto queda relativizado a lo que puede suceder en cada uno de ellos. Hay minutos que pasan casi sin que te des cuenta, minutos que se hacen eternos, minutos que repetirías una y otra vez durante el resto de tu vida, y minutos que desearías no volver a vivir jamás...

Miedo. O más bien nervios, no estoy segura de cómo describirlo. Es la sensación de quedarte paralizado, con cada uno de tus músculos en tensión, mientras un sudor frío te recorre todo el cuerpo. Y cada segundo transcurre lentamente, como cuando observas caer las gotas de la canilla de un grifo mal cerrado. Lo observas con detenimiento, sin apartar la vista, pero al mismo tiempo sin querer mirar. Y miles de pensamientos pasan por tu cabeza, agolpandose los unos con los otros y mezclándose entre sí. Recuerdos pasados, planteamientos futuros, arrepentimiento, angustia, odio, son tantas cosas...y ruegas a Dios, aunque normalmente en una situación racional tu fé no exista, en ese momento ruegas en silencio a Dios o a lo que sea que haya por encima de lo natural, de lo humano, de lo imperfecto, le ruegas que el resultado que deseas ver aparezca de una vez ante tus ojos...

Y de pronto, ya está. Tres minutos. Han sido sólo tres minutos...tres horribles, eternos, y desagradables minutos...

domingo, 22 de agosto de 2010

31 días conmigo mismo.

"Soy de tequieros sinceros en momentos puntuales, y sé que en el instante de soltarlos me apetece hacerlo. Sólo digo “te quiero” cuando lo siento, en esa misma fracción de segundo, sin pensar siquiera en sus consecuencias o en sus efectos a largo plazo. Puedo querer ahora, YA, pero sigo siendo incapaz de saber si querré mañana. No conozco la fecha de caducidad de ningún “te quiero”, le falta la etiqueta o el precinto de calidad, pero tampoco me puedo arrepentir de haberlo dicho, porque lo hago pocas veces, y porque juro que no miento al decirlo. Sé quien soy y quien he sido, pero no tengo ni idea de quién seré...afortunadamente…"


viernes, 13 de agosto de 2010

Castillos de arena.

Todo es más fácil cuando estás de paso, cuando te lo dan hecho, cuando no tienes que hacerte mayor. No vives planteando respuestas para preguntas que ni si quiera piensas hacer, hasta que te ves delante de algo que supera esos pensamientos y que los vuelve absurdos, cuestionando cada uno de los pasos que diste en el camino hasta llegar al punto en el que te encuentras. Tu destino nunca ha estado escrito, lo has ido escribiendo tú con cada uno de esos pasos, y mientras caminabas apenas eras consciente de la repercusión que podrían tener en un futuro...un futuro que ahora es presente, que ahora está ahí, justo debajo de tus pies, y ya no sirve de nada mirar atrás, ni tampoco puedes seguir caminando en círculos...más de mil destinos en cada esquina, cientos de destinos que ignorar, y otros que ha llegado el momento de empezar a mirar, a comparar, a valorar, y finalmente...escoger.

viernes, 6 de agosto de 2010

Gracias.

A los que hablan y no les callan, gracias.
A los que quieren por lo que se ES y no por lo que se ve, gracias.
A los que lloran porque otros ríen y no ríen porque otros lloran, gracias.
A los que van DE FRENTE, y no por detrás, gracias.
A los que sueñan y no duermen, gracias.
A los que desordenan la vida y no se acomodan en ella, gracias.
A los que se preguntan y no se responden, gracias.
A los que cuestionan y no asienten, gracias.
A los que me brindan SEGURIDAD con todas sus dudas, gracias.
A los que CREEN en otra persona y no a otra persona, gracias.
A los que creen en la búsqueda y no buscan a quién creer, gracias.
A los que creen en el sacrificio y no en sacrificar, gracias.
A los que sospechan que no son libres, gracias.
A los que saben que les falta algo y que ese algo no se compra, gracias.
A los que resisten, a los que asisten, a los que dan juego, gracias.
A los que viven SU vida, interesándose por la de los demás ÚNICAMENTE cuando se lo piden o cuando de verdad les importa, con la mera intencion de ayudar, dejando a un lado envidias, falsedades y mentiras, GRACIAS.
Gracias por no recetar el remedio antes de encontrar la enfermedad y NO INVENTAR una infección para vendernos la cura.
Gracias por tratar de atacar los motivos y no las consecuencias, por enseñarnos que el saber no es inteligencia, y que un libro no es sapiencia elitista sino herramienta popular.
Gracias por interrogar e interrogarse y cuestionar la aglomeración de voluntades promoviendo la acción colectiva.
Por demostrarnos que todos somos iguales en nuestras diferencias sin “mejores” ni “peores” pero con muchos “diferentes”.
Gracias por pelear contra los prejuicios que a todos nos aquejan, por reconocerlos y no negarlos, para verlos, para tratar de derribarlos.
A todos ellos, por todo ello, y alguna cosa más, Gracias.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Sobre el miedo (Agosto 2007).

Es sólo una opinión, y como tal cuestionable y discutible, pero yo creo que es la falsedad, y no el miedo, el gran defecto de un cobarde. A simple vista parece una frase sin demasiado sentido, pero pensando bien las cosas sin limitarse a una mera visión superficial creo que es una opinión bastante acertada. El miedo…curioso sentimiento. La mayoría de la gente asocia el miedo con la cobardía, la perfecta definición de valiente parece ser aquel que no teme a nada ni a nadie. Es una definición más que aceptable desde un punto de vista utópico, pero también más que ridícula desde un punto de vista real. El miedo es algo natural, y quien presuma de no haberlo sentido nunca, una de dos, o no es humano, o miente. La mentira está a la orden del día. Es el camino más simple, el más cómodo, y unos mejor que otros todos sabemos mentir (para qué engañarnos, todos lo hemos hecho alguna vez). Hay quien miente porque le condicionan las circunstancias (mejor dicho, se condicionan ellos mismos teniendo en cuenta las circunstancias, porque siempre hay elección), hay quien miente por quedar bien (si das una patada salen setenta y siete hipócritas) y hay quien miente simplemente porque no es lo suficientemente valiente como para afrontar, o al menos asumir, sus propios problemas y los de los que están a su alrededor. Carecen de personalidad, y por supuesto de autenticidad, no van de frente y se justifican diciendo que todo el mundo actúa igual y es la única forma de sobrevivir. Así son las personas falsas. Un falso es un cobarde, y su problema no es sentir miedo, si no no ser capaz de reconocerlo. El verdadero valiente es aquel que reconoce su miedo y hace lo que puede por superarlo. No me gusta hablar por hablar, y no es cabezonería, pero creo que son argumentos mas que suficientes como para poder decir que no soy cobarde, pero tengo miedo.

domingo, 1 de agosto de 2010

Sin anestesia.

Sábado 31 de Julio, aunque pensándo bien ya es Domingo, porque son las 6:47 de la mañana. Hace frío en la calle, hace frío en casa...el termómetro de la farmacia de la esquina marcaba 19 grados, pero el frío no se va. Posiblemente no sea el mejor momento para ésto, pero yo no elijo cuándo quiere salir...

Tenías razón. No se por qué no me he dado cuenta antes, por qué no he sido capaz de verlo por mí misma, supongo que hay ocasiones en las que el orgullo no te deja quitarte la venda, y tienes que dejar que lo hagan por tí, sin anestesia, aunque duela un poco. No lo entiendo, no me entiendo a mí misma, ando perdida. Es como si hubiera encontrado la horma de mi propio zapato, como si hubiera recibido de mi propia medicina, que se suele decir. Camino sin rumbo fijo, pero con paso firme y sabiendo exactamente donde pongo los pies, hasta que me cruzo contigo. No eres nadie en mi vida, no tienes una etiqueta concreta, apareces y desapareces continuamente, no sabes tanto de mí...y sin embargo sabes lo suficiente. Despiertas ciertas sensaciones que mi escudo de ser frío y calculador es incapaz de frenar. No vives planteando respuestas para preguntas que ni si quiera piensas hacer, hasta que te ves delante de algo que supera esos pensamientos y que los ve absurdos. Y no se qué coño voy a hacer, ni cómo solucionar ésto, porque algo me impide cortar por lo sano pero al mismo tiempo me fuerza a alejarme. Lo único que veo claro ahora mismo es que necesito darme un margen, poner límites de por medio, hasta que recupere mi armadura y vuelva a ser lo que era...porque al menos en este momento no puedes darme lo que quiero, ni yo puedo dártelo a tí.

miércoles, 28 de julio de 2010

Until it Sleeps.

Se enfada, grita, llora. Camina, echa a correr, y se detiene en seco. Sonríe, suspira, bosteza, y de pronto grita de nuevo. No pasa nada, no la tratéis de loca, sólo exterioriza lo que siente en cada momento. Lo preocupante es cuando no logra sacarlo fuera, cuando lo va acumulando dentro. Y lo deja clavado ahí, haciendo herida, dejando huella, sin opción a sanar bien y a cicatrizar con el tiempo...hasta que algún día los puntos mal cosidos salten, y vuelva a explotar de nuevo.

lunes, 26 de julio de 2010

Dulce condena.

Es algo así como un don, un encanto especial que le define. Su voz suena firme, sugerente, y de alguna manera te atrapa, sabe lo que quien le escucha necesita oír, lo que tiene que decir en cada momento para ganarse a las personas que realmente le interesan, personas que él mismo selecciona cuidadosamente de entre la gente que su atractivo hace que de primeras se le acerquen. Él marca el ritmo, siempre lo marca él. No manipula, simplemente controla la situación, y cuando no es así sabe cómo hacer para que no se note, para que parezca que posee un dominio total sobre lo que tiene entre manos, o simplemente para salir airoso de ella y ganar tiempo hasta pensar cuál es el siguiente paso. Y aún sabiéndolo, aún habiendo descubierto todo ésto hace mucho, cada vez que nuestros caminos se cruzan, consigue convencerme de nuevo. Desconoce la mayoría de mis pasos sin él, y yo desconozco los suyos, pero en esos momentos hace que me sienta viva, que me sienta humana, en definitiva me hace sentir algo especial que me recuerda que bajo mi escudo de persona fría y calculadora existe algún tipo de sentimiento.Y a pesar de ir siempre cubierto con armadura de ser narcisista y superficial, cuando consigo que se deshaga de ella, aunque sea sólo por un ratito, aparece la sensibilidad que esconde. Transparente, sin adornos, envuelta con rasgos de astucia y picardía que hacen que me atraiga aún más. Me entiende, y al mismo tiempo me saca de quicio, hace que me cueste entenderle a él.Y lo más sorprendente de todo es, que tiene la desesperante y maravillosa habilidad de aparecer cuando menos me lo espero, y al mismo tiempo cuando más le necesito.

sábado, 24 de julio de 2010

...

Pupilas dilatadas, arterias contraídas, la temperatura aumenta, el corazón se acelera, la presión sanguínea por los cielos, la respiración va de rápido a lento...el cerebro dispara impulsos eléctricos hacia ninguna parte y hay secreciones en todas las glándulas, y los músculos se tensan como si levantaran tres veces el peso de tu cuerpo. Es violento, es brusco, trepidante, y si no fuera tan divertido...la raza humana hubiese muerto hace siglos.

lunes, 12 de julio de 2010

España, campeona del mundo.

No existen palabras que lo describan, que lo expliquen, que lo definan, ni si quiera el mejor escritor del mundo sería capaz de hacerlo. Es algo que se vive, que se lleva dentro, y solamente aquellos que lo sientan serán capaces de entenderme y de saber a lo que me refiero. Va más allá de cualquier ideología política, de las críticas sobre las estratosféricas cantidades de dinero que mueve, e incluso de los conocimientos futbolísticos que se tengan o se dejen de tener. Y da lugar a uno de esos momentos que generan en ti ciertos sentimientos que no quieres que desaparezcan nunca, que te hacen sentir viva, humana, y si estuviera en tus manos harías lo que fuera por conseguir que permaneciesen ahí, intactos, haciéndote sentir de la forma en la que te sientes cuando los vives durante el mayor tiempo posible. De alguna manera dejan una huella en tu camino, en tu mente y en tu corazón que sabes que siempre estará ahí, y aunque tiendo a no mirar atrás, este tipo de recuerdos son de los que merece la pena mantener, de los que te robarán una sonrisa cada vez que tu mente inconscientemente los resacate. Porque ayer se paralizó el país entero, porque hemos hecho historia, porque pasarán los años y cuando se hable de éllo podré contar que yo estuve ahí, y porque hoy mas que nunca, 12 de Julio de 2010, me siento orgullosa de mis raíces, de mi tierra, de ser riojana, y de ser española.

http://www.youtube.com/watch?v=zxo86fV2708

viernes, 2 de julio de 2010

Días de tormenta.

En días como hoy, puedo escribir sobre cualquier cosa. Hay algo en la lluvia que me inspira, me excita y al mismo tiempo me relaja, me invita a pensar.

Puedo escribir sobre lo que veo a mi alrededor. En frente, un partido de fútbol, televisado, fin de la primera parte tras un balón desperdiciado. A mi izquierda, mi padre, recostado en su sillón, leyendo, sumido en sus pensamientos, despierta un momento para hacerme bajar los pies al suelo, y sigue leyendo. A mi derecha...nada. Tras de mí...no miro atrás.

Puedo escribir sobre el tiempo. Sobre el calor sofocante que genera esta pegajosa sensación de humedad cálida sobre mi piel, sobre el sonido de la lluvia al golpear el cristal de las ventanas, sobre la fuerza del viento al mover los toldos del balcón, o sobre lo siniestro y a la vez apacible que resulta el oscuro color del cielo.

Puedo escribir sobre el ser humano, sobre sus pensamientos, sobre su modo de actuar, tan interesante de observar, de analizar...y también sobre los sentimientos, tan difíciles de controlar, de descifrar, tan complicados de entender.

Puedo escribir sobre la soledad, tan deseada a veces, tan odiada otras muchas, aún cuando es elegida...sobre el vacío, y la incapacidad de llenarlo, de hacerlo desaparecer de nuevo...sobre el miedo.

En días como hoy, podría escribir sobre cualquier cosa...y aunque no voy a hacerlo, se que en este momento, podría escribir sobre ti.

miércoles, 30 de junio de 2010

Dulce introducción al caos...

Recorridos numerosos pasos en falso, respirando el aire sobrante de recuerdos abandonados en esquinas de la mente, como si hubiesen estado ahí siempre y al mismo tiempo no hubieran estado jamás. Y esa desesperante y maravillosa habilidad de volver a aparecer cuando menos te lo esperas, y al mismo tiempo cuando más lo necesitas. Ahora estás ahí, frente al paso que conduce al otro lado de la carretera, con la luz del semáforo en ámbar que no deja de parpadear, generando cierto sentimiento de incertidumbre, de inseguridad. Te hace dudar, no eres capaz de despegar por ti misma los pies del suelo sin un último empujón. Y el ámbar amenaza, sin dejar que frenes, porque es el momento de avanzar, pero tampoco parece dejarte cruzar, porque el riesgo siempre existe, y tu orgullo es demasiado necio como para dejarse llevar.

lunes, 24 de mayo de 2010

Especial.

No me gusta demasiado publicar cosas que no han sido escritas por mí, pero al leerlo tuve la sensación de que fuera obra mía de principio a fin, así que haré una excepción...

"Es la palabra con la que me gusta describirlo. La palabra que por lo general utilizo cuando algo me resulta indefinible, indescifrable, fuera de lo normal o de a lo que estoy normalmente acostumbrada. Lo cierto es que "especial" no quiere decir absolutamente nada, y si es hora de sincerarnos y admitir lo que pasa, quiere decir que lo tiene todo. Especial radica en la necesidad de ponerle un nombre a lo desconocido y en el hecho de que me cuesta entender todas y cada una de sus puñeteras actitudes. Especial significa en mi mundo, en mi idioma: Está loco, es lo más cuerdo que existe, me persigue, se aleja, me echa en falta, ni me recuerda, me odia, se ríe de mí, soy lo que quiere, tiene todo y quiere a tantas...y está tan vacío y solo, que siente que no tiene nada. Pero tiene la maravillosa habilidad de hacerme ser. Guapa, cuando me mira, la más guapa de todas. Repugnante, cuando mira también, cuando mira a cuanta mujer se le cruce y frente a mis narices. Inteligente, cuando intento descifrarlo. Cerebral, decodificando cada gesto, cada movimiento, estando alerta a los nuevos cambios en su personalidad, cambios frecuentes y desesperantes. Y salgo del trance especulativo para sentir. Me hace sentir, y ésta si que es la más clara influencia que genera sobre mi persona. Y me vuelvo estúpida, manipulada, muy lejos de ser por momentos esa persona inteligente que creía ser, ni nada que se le parezca. Y mi centro, mi vida, mi razón, mis pilares...transitoriamente todo declina, todo se va, se esfuma. ¿Qué pasa? No pasa nada. Respuesta no acertada. Sí pasa. Pasa que soy propensa a equivocarme. Soy humana, cometo errores, muchísimos, repetidos y frustrantes. Pero sigue siendo, indiscutiblemente, alguien especial."

domingo, 23 de mayo de 2010

Fin de temporada.

Me faltan palabras, y hacía tiempo que no me pasaba algo así. Cada vez que termina una temporada tiendo a pensar que ha sido insuperable y no podrá existir otra mejor, pero este año me habeis sorprendido una vez más, hasta el punto de sentirme torpe al intentar expresar lo que quiero, porque cualquier cosa que pueda decir me parece poco. El tiempo me ha ayudado a entender que las personas, como seres humanos que somos, necesitamos de otras personas para seguir adelante, superar nuestras dificultades y no sentirnos vacíos por dentro. Sin embargo no resulta sencillo confiar en los demás, apoyarse o dejarse ayudar, creo que cada uno tiene una serie de pilares propios e imprescindibles, y no nos vale cualquiera para ocupar ese lugar. Solo con recuerdos de la temporada me sobran argumentos para decir que estais entre mis pilares. Gran parte de los mejores momentos de este año me los habeis dado vosotros, y en la mayoría de los malos momentos habeis estado a mi lado. Por muchos títulos que pueda ganar cualquier otro equipo se que sabeis de lo que hablo cuando digo que lo que tenemos entre nosotros, no lo tiene nadie, y tampoco es algo que se pueda explicar, hay que sentirlo, vivirlo, formar parte de éllo, es lo que lo hace especial. No se dónde estaré el año que viene y el hecho de tener que tomar una decisión realmente me asusta, ahora mismo prefiero no pensarlo, porque si no es aquí, por muy recuperadas que lleguen a estar mis rodillas, me veo incapaz de seguir caminando sin vosotros. Una vez más, gracias por todo, equipo. :)

http://www.youtube.com/watch?v=zXwyIXZ6F5I

miércoles, 19 de mayo de 2010

Daño gratuíto no, gracias.

Hace unos días me propuse no volver a escribir sobre esto, pero el aburrimiento, las pocas ganas de estudiar, y una matutina situación incómoda han podido conmigo, y al final he cambiado de idea…y es que es complicado saber en cada momento qué camino elegir, pero más complicado aún es después de haberlo elegido seguir adelante sin mirar atrás. Es una decisión valiente, que no todo el mundo es capaz de tomar y que incluso una vez tomada puede hacerte dudar en determinados momentos a la hora de ponerla en práctica. Pero tarde o temprano, por la razón que sea, algo te hace ver definitivamente que elegiste la opción adecuada. Puede que bajo los criterios morales de otros sea correcta, o puede que no lo sea, es imposible que llueva a gusto de todos, pero bajo los tuyos es la opción que tú quieres elegir, es tu opción, y si estás seguro de ello y no haces daño a otras personas, te sentirás a gusto contigo mismo. Pero si necesitas renegar del pasado para continuar, si dejas que la ira que te queda dentro actúe por ti y te obligue a comportarte de forma incoherente y pudiendo herir a personas que en algún momento te importaron o que significaron algo para ti, aunque te resulte un poco complicado reconocerlo, te estarás engañando a ti mismo, porque realmente sigues mirando atrás, y sigues caminando en círculos, sin seguir hacia delante, sin ser capaz de diferenciar entre pasado y presente. No importa no tener un rumbo fijo, hay que ser paciente, hasta donde se la mente humana no puede adivinar el futuro, no creo que exista un destino ya escrito y ninguno de nosotros podemos conocer de antemano las consecuencias de nuestros actos y de nuestras decisiones…pero si eres incapaz de continuar tu propio camino, si necesitas tirar piedras contra lo que ya recorriste antes, estarás siendo un cobarde, y aunque ahora te parezca que tu comportamiento es correcto, el tiempo te acabará demostrando lo equivocado que estabas…aunque para entonces, seguramente, sea demasiado tarde.

martes, 18 de mayo de 2010

Aire.

Coge aire. Haz un esfuerzo por permitir que entre en tus pulmones, que los colme hasta que no quepa nada más en ellos, y suéltalo de nuevo, déjalo ir. Repite el proceso hasta que tu cuerpo sea capaz de hacerlo de forma autónoma, instintivamente, sin necesidad de que ni tan si quiera tengas que pensar en ello. Y no hagas nada más, cierra los ojos y limítate a respirar, deja que el resto de tus funciones vitales se tomen un descanso. Y ahora, sonríe…¿por qué? ¿en serio te lo preguntas?¿todavía no te has dado cuenta?…porque estás vivo.

sábado, 15 de mayo de 2010

Odio.

Te odio. Odio tu voz, odio tu nombre, odio tu olor, odio cada parte de tu cuerpo. Odio todo cuanto tocas, todo cuanto miras, todo cuanto piensas. Odio tener que verte cada día, odio cada segundo a tu lado, cada detalle que me recuerde a ti. Tus palabras vacías, tu sonrisa radiante, tus lágrimas secas, tus promesas rotas, todo eso lo odio. Odio todo cuanto tiene que ver contigo, me odio incluso a mi misma por querer odiarte, por intentar odiarte, pero sobre todo, porque a pesar de todo este odio, a pesar de todo este tiempo, todavía no soy capaz de mirarte y sentir que lo he olvidado, sentir que ya no me afecta, sentir que soy capaz de odiarte.

Es inútil. No hay nada que puedas hacer, no hay marcha atrás…del odio al amor hay un paso, pero una vez que tu corazón toma la decisión de darlo, no podrás retroceder. Por mucho que lo intentes, no podrás odiar a quien has querido antes. Creo que esa es la principal razón por la que dicen que amar, a veces, duele.

lunes, 10 de mayo de 2010

Sobre perder el camino.

Y es que no sé por qué hay tantos caminos, y parece que siempre esté de paso. Más de mil destinos en cada esquina, cientos de destinos que debemos ignorar, y otros cientos donde se supone que hay que empezar a mirar. Y esa estúpida sensación de culpabilidad por no haber crecido. No hay paz, ni tiroteo, sólo voces que se omiten, que tiemblan por no creer. Y lo peor es que lo que se escucha apenas dice nada. Gritos, que se ahogan en susurros. De todo lo que dicen apenas te das cuenta, casi te engañan, y todo aquel tiempo de cordura ya no sirve para absolutamente nada.

Por aquello que la memoria olvida y vuelve a recordar ya no cuando tú lo decides, si no cuando a ella le apetece. Por aquello en lo que crees, por todo lo jodidamente bonito que hace que creas en ello, todo lo que hace que sigas...a veces parece haberse perdido, porque no lo ves, pero…que no lo veas, no significa que no exista.

jueves, 6 de mayo de 2010

Días de lluvia.


Me acerqué hacia la ventana y dejé caer mi cabeza contra el cristal. Las gotas de agua golpeaban en él con brusquedad, y luego resbalaban lentamente en un aliento desesperado, aferrándose a sus últimos momentos de vida. El viento gritaba con fuerza en mis oídos, y obligaba a los árboles a arrodillarse a sus pies y a regalarle sus preciadas hojas. Las oscuras y tenebrosas nubes se agolpaban en lo alto, formando una inmensa capa de humo. Miraba, pero realmente no veía nada. Aquel ambiente me relajaba, me incitaba a pensar. Solo pensaba. Pensaba en aquel momento, en aquellos momentos en los que te encuentras solo. En lo difícil que es aceptar la mano de alguien con firmeza sin dudar, y al mirarle a los ojos sentir, aunque sea solo por un instante, esa extraña sensación de calma, y al mismo tiempo esa inquietud, que te provoca el no saber lo que piensa, el no saber lo que siente, pero que en ese momento, por alguna extraña razón, no te hace desconfiar.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Sobre el tiempo.

El tiempo pasa. Es inevitable, no es algo que puedas cambiar, no puedes hacer como cuando te levantas un día por la mañana y piensas “hoy no me apetece ir a clase”, y te quedas en casa tirado en el sofá viendo la tele, o como cuando te compras una camiseta que al probártela delante de tu espejo no te gusta, y decides descambiarla por un par de zapatos que ni si quiera sabes si utilizarás algún día. Es así, no hay marcha atrás, cada hora, cada minuto, cada segundo que vives es único, y nunca se volverá a repetir ni podrás hacer nada para vivirlo de una forma diferente. Y aunque todo cuanto hagas en cada uno de esos segundos parezca insignificante, es muy importante que lo hagas, porque nadie más lo hará. Así que cuando llegue un cambio, y una parte de ti diga, “no estás mínimamente preparado para esto”, procura que otra parte de ti te diga, “adelante, es el momento”.

lunes, 3 de mayo de 2010

Cuídate mucho.

Son frases muy sencillas, para poder escribir algo en lugar de la frase que me está matando. La que sabes que siento pero que no puedo decir porque sería cruel decirla, porque ahora no te convengo, ni tú a mí. No quería torturarte, ni quería mirarte con deseo, cuando sabía que en ese momento no podía estar contigo, por éso sonrío y te digo, “cuídate mucho”. Estoy liberándote, me esfuerzo todo lo que puedo por liberarte, intento enmendar lo que hice, necesito reparar mi error para encontrarle a todo ésto algún sentido. Así que, hasta que vuelva a verte…cuídate mucho.

domingo, 2 de mayo de 2010

Que suene a madre.

Así es como han transcurrido los últimos años de tu vida conmigo. Casi sin darnos cuenta, has pasado de tener que cambiarme los pañales a despertarme cada mañana para que vaya a la universidad. Y digo casi sin darnos cuenta porque tengo casi 22 años y todavía no me lo creo, pero cuando lo pienso, cuando pienso en ti y en todo este tiempo juntas, sí que me doy cuenta, porque soy consciente de todo lo que hemos vivido. Me has visto reír, me has visto llorar, me has visto enfadarme, disgustarme, ilusionarme, enamorarme, desenamorarme, equivocarme, rectificar…me has visto CRECER, desviviéndote por mí en cada momento sin preocuparte en absoluto por ti misma, con el único deseo de darme siempre lo mejor y al mismo tiempo educarme para que llegue a ser una gran persona. Ahora me miro al espejo y me veo así, echa una mujercita, como tú dices, y no puedo evitar sonreír. Y sonrío porque aunque todavía me queda mucho por aprender en la vida, estoy orgullosa de lo que tengo, de lo que soy, y todo eso te lo debo a ti. Y no voy a negar que me encanta haber heredado de ti gran parte de mi aspecto físico, pero lo que más me importa, lo que tengo presente en cada momento, lo que realmente me llena, es algo más profundo, más integro, más humano…es algo que tú llevas dentro, y desde que nací has hecho todo lo posible por transmitírmelo a mí. La humildad, la generosidad, el saber estar, la educación, el orgullo, la paciencia, son valores que no se consiguen con minifaldas ni tacones ni tomando el sol en la piscina, y si no fuera por tu insistencia es muy posible que los hubiera dejado pasar de largo, y me hubiera convertido en un ser puramente materialista y superficial. Por eso aprovecho el día de hoy para felicitarte madre, porque no se si el resto de las madres del mundo se lo merecerán o no, pero a mí la que me importas eres tú, y te has ganado a pulso tener un día dedicado a ti por ello, por ser MADRE. Porque si hay una crisis, no te paralizas, sigues adelante. Nos haces seguir adelante, porque has sobrevivido a cosas peores, y sabes que sobreviviremos. Crees que en ocasiones eres oscura y fría…no es un defecto, es una virtud. Hace que seas fuerte y valiente, hace que seas quien eres, hace que seas única…hace que seas tú.

miércoles, 28 de abril de 2010

Pequeños detalles, grandes sensaciones (2ª parte)

Y luego están esos momentos que…realmente no sé cómo denominarlos, creo que todavía nadie ha inventado un nombre concreto para éllos...pero existen. Me refiero a esos momentos en los que te gustaría poder pulsar un botón, y que el tiempo se detuviera en seco. Momentos que generan en ti ciertos sentimientos que no quieres que desaparezcan nunca, y si estuviera en tus manos harías lo que fuera por conseguir que permaneciesen ahí, intactos, haciéndote sentir de la forma en la que te sientes cuando los vives durante el mayor tiempo posible. A veces son conversaciones, otras simplemente miradas, gestos como un abrazo o un beso, o una combinación de varios de ellos, a veces los compartes con otras personas, y otras son solamente tuyos. Pero sabes que en cuestión de segundos, minutos, o con suerte unas pocas horas, llegarán a su fin. En realidad es justamente eso lo que los hace especiales, porque aunque transcurran de forma fugaz y apenas seas consciente de que lo que estás viviendo es uno de esos momentos hasta que ya se ha terminado, perduran entre tus recuerdos durante un período mucho mayor, consiguiendo que aunque el tiempo pase, de vez en cuando sientas la inexplicable necesidad de mirar atrás, sin ser capaz de olvidarlo por completo…no me gusta nada la palabra "nostalgia" y no la emplearé aquí...pero echo de menos uno de ésos.

martes, 20 de abril de 2010

Pequeños detalles, grandes sensaciones (1ª parte)

Despertar con los primeros rallos de sol que entran por las rendijas de la persiana, y descubrir que el reloj todavía no marca las 8, que te quedan unos minutos para poder estar acurrucado entre las sábanas. Y te haces croqueta, con los ojos cerrados y sin pensar en nada, solamente en encontrar la mejor forma de disfrutar todo lo que puedas de ésos últimos minutos.

Saltar en la cama sin miedo a que los muelles se rompan, con la música a todo volumen, mientras suena esa canción que tanto te gusta, y que al escucharla te dan ganas de gritar sin parar de saltar, de saltar muy alto, hasta tocar el cielo con las manos.

Los baños de agua caliente en las largas y frías tardes de invierno, llenos de espuma por todas partes, en los que no sales de la bañera hasta que los dedos no se te llenan de arrugas, y puedes escribir con ellos tu nombre en el espejo empañado por el vapor, dibujar una carita sonriente, y que entonces se te escape una sonrisa.

Salir a la calle en plena lluvia, y saltar de charco en charco mientras sientes como la ropa empapada se te pega al cuerpo, y como el inconfundible olor a tormenta de verano inunda cualquier rincón al que vayas.

Tumbarte sobre el césped seco del parque en una noche estrellada, y mirar al cielo.

Nadar hasta perder la cuenta de los largos que llevas, dejando que tu cabeza piense en cualquier cosa que pase por ella, hasta llegar al punto en el que no piensas nada, solo sientes el agua a tu alrededor, sientes tranquilidad…sientes paz. O jugar al baloncesto, sin pensar en nada más que en eso, en jugar, teniendo la mente completamente ocupada.

Conducir. Sin rumbo, sin destino, sacar el coche del garaje y sentir que conforme vas avanzando por la carretera, ésta te aleja de todo. Te sientes independiente, te sientes libre.

La noche. Su oscuridad, su luz, su ruido, su silencio…demasiado complicada de definir, hay que sentirla para poder entenderlo.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Sobre el amor.

Realmente ahora son sólo palabras vacías, pero porque me gusta escribir sobre cualquier cosa, por aquellos momentos en los que tuvieron sentido, por las personas que en este momento se lo encuentren, y porque supongo que algún día, volveré a encontrárselo yo también…

Es la razón por la que me despierto todas las mañanas, y también la razón por la que no me quiero levantar, porque al hacerlo tendré que abrir los ojos y me daré cuenta de que ya no está a mi lado. Es la razón por la que a veces le miro y sin querer sonrío, o incluso lo hago cuando no está delante, al descolgar el teléfono y escuchar su voz, o al recordar lo último que me dijo o el último momento que compartió conmigo. Es la razón por la que cuando me enfado por algo que ha hecho o dicho y me intento engañar a mí misma haciéndome creer que en el fondo me da igual, no puedo evitar que en alguna parte de mí cierta sensación de mal estar no desaparezca hasta que no esté todo arreglado de nuevo. Es la razón por la que salgo a la calle y aunque algo no vaya bien siempre pienso que no todo está perdido, que cualquier día puede ser un buen día. Y aunque llueva y el cielo esté oscuro puedo distinguir un rallo de luz entre las nubes, y cuando sale el sol siento que brilla con más fuerza que nunca. Es la razón por la que a veces el reloj se para, y el tiempo deja de existir. Lo cierto es que no sé cómo sería mi vida si él no formara parte de ella…pero sé cómo es cuando él está, y si lo pienso me doy cuenta de que en realidad no vale la pena pensar, de que todo es mucho más simple cuando se trata de sentimientos…y no necesito nada más, porque la única razón que resume todas aquellas razones que pudiera dar es…que no puedo vivir sin tí.

lunes, 29 de marzo de 2010

Bono de cambios.

No pudo estar más acertado John Lennon cuando dijo que la vida es eso que te pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes. Pasamos gran parte de nuestro tiempo planteándonos objetivos a largo plazo sin apenas ser conscientes de lo que tenemos en cada momento, sin ser capaces de apreciar los pequeños detalles que cada día se presentan ante nosotros. Haces planes, y realmente disfrutas haciéndolos, tienes ilusión y luchas por conseguir aquello que te propones. Pero a veces llega un día en el que algo cambia, o a lo mejor cambió hace tiempo pero estabas demasiado ocupado con tus planes como para darte cuenta. Y de pronto esos planes ya no tienen sentido, y te paras a pensar en cómo han ocurrido las cosas para llegar hasta el punto en el que te encuentras. Y le das vueltas a la cabeza pensando en todo lo que hiciste, en todo lo que no hiciste, y en qué hubiera sucedido si hubieras hecho las cosas de otra manera. Ni mejor ni peor, simplemente de forma diferente. Y por más vueltas que le das no consigues encontrar una explicación lógica para justificar por qué te rindes, por qué después de tanto esfuerzo has decidido dejar de luchar. Pero tampoco puedes seguir luchando, porque ya no tienes un fin por el cual hacerlo, ya no te quedan fuerzas, ya no depende de ti. Así son los cambios, a veces inesperados, te pillan por sorpresa y aunque no te gusten no queda otra que asumirlos de la mejor forma posible y adaptarse a las nuevas situaciones.

Creo que debería de existir un cupo de cambios de este tipo para cada persona, algo así como un bono en el que fueran haciendo una cruz cada vez que un nuevo cambio indeseado apareciese en tu vida, y que una vez gastado tuvieras derecho a vivir sin este tipo de cambios durante un determinado período de tiempo. No sé qué cantidad sería la más adecuada, pero sí pienso que llega un momento en el que el cerebro humano se planta, y aunque llegue un nuevo cambio, se niega a asumirlo y simplemente se dedica a ignorarlo. Tal vez una parte de él es consciente de que existe, pero en ese momento está saturado, necesita un respiro. Así que lo único que se puede hacer es seguir caminando, y esperar con paciencia a que el tiempo ponga todo en su lugar, y sea el que decida si todo el esfuerzo mereció la pena, si toda la ilusión tuvo sentido…si desaparecerá el miedo a levantarme una mañana, salir de esta habitación, y ser consciente de que tal vez a mi bono de cambios, le falte todavía alguna cruz por marcar.

Sobre las mentiras(1 de Marzo).

Una de las cosas que no soporto es que me mientan. Los seres humanos tendemos a mentir por naturaleza. Está bien reconocerlo, quien afirme que nunca miente, ya está mintiendo, nadie puede decir siempre la verdad. Hay veces que nos vemos en la obligación de hacerlo, son esas mentiras piadosas, que se suelen llamar, con las que intentas de alguna manera proteger o no hacer daño a otra persona, y que juzgadas moralmente a veces pueden hasta no clasificarse como tal. También hay ocasiones en las que el hecho de ocultar la verdad puede llegar a considerarse una mentira. Otras son las mentiras propias de la gente cobarde, de la gente falsa, que no siendo capaces de afrontar sus problemas inventan soluciones o excusas que a veces llegan incluso hasta creerse ellos mismos…pero no merece la pena prestarles demasiada atención, bastante tienen con ser como son. Y luego están esas mentiras que las mires por donde las mires, nunca tendrán justificación. Son las creadas sin escrúpulos, las que carecen de humanidad, y aunque quizás sean las más premeditadas y por ello las que más tiempo tardan en destaparse, la verdad siempre acaba saliendo a la luz. Son las más inesperadas, las más complicadas de asumir, y sobre todo, las que más duelen.

Y lo que realmente importa es, que cuando por fin llega la verdad, hace que te sientas LIBRE.

viernes, 26 de marzo de 2010

Keep Walking.


Puede que el título no tenga mucho que ver con lo que voy a escribir hoy, pero creo que en esencia es el más adecuado. Se trata de un título usado, hace ahora exactamente tres años, para abrir el blog y comenzar a escribir. Hace unos meses decidí dejarlo por circunstancias que pertenecen al pasado, y de alguna manera quiero aprovechar mi decisión de volver para felicitar a la persona que en su día me animó a publicar en un blog todas las tonterías que me pasaban por la cabeza, cuando él cumplía la edad que yo tengo ahora, y no sólo eso, sino que también se ofreció a leerlas. Todavía me queda algún que otro año para saber lo que es alcanzar el cuarto de siglo, supongo que no se siente nada especial, pero en tu caso llegar a donde has llegado con sólo 25 años es digno de admirar. Por ello quería felicitarte de forma especial, volviendo aquí, esta vez estando a 1000km de distancia, regalándote algo que si lo pienso en realidad es un regalo que me hiciste tú a mí, porque sin tu apoyo seguramente nunca me hubiera animado a publicar nada en ninguna parte. Muchas felicidades Raúl, por cumplir un año más, pero especialmente por todo lo que has conseguido en estos tres últimos, y como tú siempre sueles decir, pase lo que pase…sigue caminando!!

miércoles, 24 de marzo de 2010

Días de colores.

Me pregunto quién inventaría los días de colores. Realmente un día no puede ser de un color en concreto, los días son conjuntos de horas, agrupaciones de tiempo, la palabra día es un sustantivo abstracto, no es algo que se pueda ver ni tocar, como nos decían en la asignatura de lenguaje en el colegio. Pero sin embargo en muchas ocasiones tendemos a relacionarlos con colores. Hay días rojos, como explicaba Truman Capote en “Desayuno con Diamantes”, en los que estás triste, tienes miedo, y no sabes por qué. Días rosas, en los que todo parece ir bien y desde que empiezan hasta que terminan se te dibuja una sonrisa tonta en la cara con inexplicable facilidad. Días negros, en los que tienes un humor de perros y lo único que quieres es que llegue la noche, y poder decir eso de “mañana será otro día”. Y luego están los días grises. Son días en los que sientes cierta inquietud, o desconcierto, ante determinados cambios o situaciones, y no eres capaz de definir de forma concreta el tipo de día en el que te encuentras. Normalmente no vienen aislados, no se trata de días sueltos, sino más bien de temporadas, “rachas”, que solemos decir…y si hay algo que he aprendido últimamente sobre ellas, es que la mejor forma de superarlas es no dejar que la indecisión se apodere de ti. Relajarte, aprender a sacar partido de esa incertidumbre que te provoca el no saber lo que vendrá después, disfrutar de tu juventud, y no me refiero a la juventud que viene con la edad que marca nuestro DNI, si no a la juventud interior de cada uno que nunca debemos perder…y conseguir hacer de los días grises, los mejores días que existen.

Sueño de una mala noche.

Sientes que te estás abrasando viva mientras un escalofrío constante recorre tu cuerpo de arriba abajo. Sientes que necesitas echar a correr y dar saltos sin permanecer quieta ni tan si quiera un instante más, a la vez que el solo movimiento necesario para respirar te hace más daño que contener durante varios segundos la entrada de aire en tus pulmones. Sientes el deseo de gritar con furia para descargar la rabia que llevas dentro, que no puede salir porque tus cuerdas vocales ya no tienen fuerzas ni para crear el susurro. No puedes permanecer ni un solo momento más en la postura en la que te encuentras, porque te ahogas, pero tampoco puedes sostenerte de pie sin caer al suelo, y ya no sabes si es a causa del dolor, la debilidad, o una mezcla de las dos. Estás empapada de sudor, la ropa se te pega a la piel, pero es un sudor frío, un sudor que hace que tirites, que tus órganos se retuerzan por dentro, ya que por fuera no eres capaz de moverte por ti misma. Tus piernas no te responden, tus brazos no te responden…definitivamente tu cuerpo entero ha dejado de obedecerte, y tu mente parece querer seguir el mismo camino. Las lágrimas brotan de lo más profundo de tus entrañas y se deslizan por tus mejillas en silencio, ya que no te queda aliento para expulsar fuera de ti el sonido del llanto, que lejos de haber dejado de existir, retumba por todo tu interior invadiéndolo de angustia, de desesperación. Y mientras luchas por no perder el conocimiento, sin ser capaz ya de escuchar lo de fuera, una única idea hace eco dentro de tu cabeza: Que pare. Que para ya, como sea, de la forma que sea, pero que pare. No puedes definirlo, ya no distingues si es dolor, escozor, frío, calor, pero necesitas dejar de sentir lo que estás sintiendo, porque empiezas a ser consciente de que aunque tu mente luche, tu cuerpo no lo soportará durante mucho más tiempo…y es entonces cuando despiertas, todo queda en un mal sueño…pero de los peores sentimientos, nacen los mejores textos.

martes, 23 de marzo de 2010

Por qué escribir...

Así es como lo hago yo. Saco un papel, cojo un bolígrafo, y me pongo a escribir. Eso o enciendo el ordenador, todo depende de dónde esté. ¿Sobre qué? Bueno es complicado responder a esa pregunta, depende de muchas cosas…el momento, el tiempo, el estado de ánimo…lo cierto es que no tengo ni idea. ¿Qué más da? Me sale, me apetece, de pronto me viene una idea y según voy escribiendo van surgiendo otras hasta que doy con el final, no me asusta la hoja en blanco. De hecho no sé lo que es, porque cuando escribo nunca me paro a pensar antes cómo empezar. A lo mejor a ti no te gusta como suena, pero a mí siempre me gusta, porque es algo que siento en ese momento, y no me refiero a que necesariamente sienta exactamente lo que esté escribiendo, si no a que me apetece hacerlo, me apetece escribir y me apetece escribir justamente eso. En mi opinión, si necesitas tomarte unos minutos para pensar cómo empezar o sobre qué escribir, estás perdiendo el tiempo. Tiene que salirte de dentro, no puedes forzarlo, es algo así como los sentimientos, puedes tomar decisiones sobre tus actos en relación a ellos pero nunca podrás elegir qué sentir ni por quién sentirlo. Y si bien es cierto que en ocasiones resultan absurdos e imposibles de justificar con argumentos lógicos, la realidad es que están ahí, y no puedes hacer nada por evitarlo. Cuando tengo el día, o más bien el momento, puedo escribir sobre cualquier cosa, y leerlo después y que me guste realmente. Pero si no lo tengo no me molesto en intentarlo. Las palabras no salen igual, y escribo lento, tengo que pensar en lo que estoy haciendo y en cómo lo estoy haciendo, son mis manos las que esperan a mi cerebro, cuando debería de ser al revés. No sé de qué depende que sea o no el momento. Siempre suele ser el momento cuando llueve, cuando es de noche y no tengo sueño, lo cual sucede casi siempre, cuando es Domingo por la tarde, cuando estoy de resaca, cuando estoy triste o muy feliz…por ejemplo hora mismo ha dejado de ser el momento, tengo demasiadas ideas desordenadas en la cabeza, así que prefiero dejarlo para otra ocasión.

sábado, 20 de marzo de 2010

El mundo está mal hecho.

Dicen que la felicidad no se compra con dinero, pero de qué le sirve ser feliz a quien no tiene ni para poder seguir viviendo.
Dicen que la convivencia es la base de la unión social, pero de qué sirve estar unidos si entre nosotros no existe ningún tipo de respeto.
Dicen que el diálogo puede acercarnos a la paz mundial, pero de qué sirve hablar si seguimos utilizando las armas, y continua habiendo guerras, heridos y muertos.
Dicen que la globalización es el camino hacia la igualdad, pero de qué sirve empezar la casa por el tejado, creando algo común, si como base no mantenemos nuestras raíces y principios históricos.
Dicen que el avance científico salvará vidas, pero de qué sirve la medicina si no está al alcance de todos.
Dicen que la libertad de expresión es un derecho fundamental para el ser humano, pero de qué sirve una opinión cuando es falsa, y está envenenada con hipocresía y mentira.
Dicen que el materialismo estrecha lazos, pero de qué sirve el consumismo masivo si descuidamos los pequeños detalles.
Dicen que la inteligencia supera cualquier fracaso, pero de qué me sirve seguir adelante y llegar lejos si lo que realmente me llena como persona se queda en el camino.
Dicen que hay que creer en los sueños, pero de qué sirve SOÑAR si perdemos la ilusión.
Dicen que tenemos que esforzarnos por confiar en el ser humano, pero de qué sirve brindar tu apoyo al resto cuando a tu alrededor no ves mas que envidia.
Dicen que tenemos que confiar en nosotros mismos, pero de qué sirve la valoración personal si nos pasamos del límite creyendo que no necesitamos a nadie más, que solos podemos.
Dicen que el orgullo propio es importante, pero de qué sirve ser bueno en algo si no sientes que alguien está orgulloso de tí.
Dicen que el amor puede con todo, pero de qué sirve LUCHAR cuando te hace daño.
Dicen que no hay que perder la esperanza, pero de qué sirve ser paciente si las horas pasan y no recibes lo que aguardas.
Dicen que la pluma es más fuerte que la espada, pero de qué me sirve saber ESCRIBIR si no me entienden, si no consigo lo que quiero.
Es muy fácil opinar, y más fácil aún no hacerlo. Rabia, impotencia, frustración, nervios, y la extraña sensación de que el mundo está mal hecho. Ni se para qué sirve, ni lo entiendo, no se lo que quiero, pero se lo que pienso y tengo claro lo que siento: Seguiré soñando, seguiré luchando, y seguiré escribiendo.