martes, 27 de marzo de 2012

Lucía Cristobal.

La sonrisa más bonita entre todas las caras sobre cuerpos azules, la que te alegra la tarde, sin darse cuenta. La que lucha, la que corre, la que se esfuerza, la que suda la camiseta, el pelo, y hasta los calcetines, aunque jamás se los he visto después de un partido o entrenamiento, pero estoy segura de que en la mayor parte de las ocasiones, chorrean. Da siempre el 110%, conoce sus limitaciones, y aún así, las supera. Se supera día a día, con constancia, con trabajo, con dedicación plena y con ilusión por lo que le gusta...el Baloncesto. Si Lucía no está, se nota, transmite emoción, entusiasmo, interés por trabajar, y por hacerlo bien. Y tendrá sus días buenos, sus días malos, y sus días peores, pero siempre lo deja todo en el vestuario, y cuando sale, te mira, sonríe, y sin que le digas nada, comienza a correr mientras se recoge la coleta. Y aunque nunca se de cuenta, en los últimos tres años, no ha habido día en el que después de ese momento, yo no sonría también.

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