sábado, 10 de marzo de 2012

Graciasporquererme.

Hay momentos en los que no puedes evitar que se te dibuje una jodida sonrisa en la cara, y que se quede pintada ahí, durante horas, incluso cuando tienes la boca cerrada. Sonríes por dentro, te sonríe el alma. Felicidad, lo llaman. No creo que se trate de un estado permanente, y aunque pienso que es posible que uno sea capaz de sentirse feliz por sí mismo y por sus propios méritos, no se alcanza la felicidad plena hasta que no es otra persona la que consigue dibujarte esa sonrisa y generar en ti ese sentimiento. En cambio hay momentos en los que no puedes evitar que se te empañen los ojos de lágrimas, y acaben arrastrándose por tus mejillas, sin hacer ruido, sin emitir sonido. Lloras por dentro, te llora el alma. Tristeza, lo llaman. No creo que se trate tampoco de un estado permanente, y aunque pienso que es posible que uno sea capaz de sentirse triste por sí mismo y por sus propios pensamientos, no se alcanza el estado de tristeza más elevado hasta que no es otra persona la que consigue hacer que tus ojos se empañen con esas lágrimas, y generar en ti ese sentimiento. Y justamente este, ha sido uno de esos momentos.

La mejor manera de impedir que alguien te cause dolor es no dejar que tu corazón sepa de su existencia. Si sientes que ya es demasiado tarde, es porque realmente le quieres, y le quieres mucho. Infinitos Millones de Montones de Gracias, por quererme tanto.

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