martes, 24 de enero de 2012

Quererme bien, no me queráis tanto.

Hay cosas que uno no se plantea. Como madrugar una mañana de invierno y no querer permanecer en la cama unos pocos minutos más. O irse de vacaciones sin cámara de fotos, aunque sea de esas desechables de usar y tirar...ya nadie utiliza esas cámaras, de los tiempos de carrete y fotos que revelar. Comer el postre antes que el primer plato, salir a la calle en chanclas mientras está nevando, o usar un gorro de lana en pleno verano. Caminar descalzo por un suelo de piedras y clavos, cruzar un semáforo en rojo con los ojos cerrados. Correr la maratón con muletas, o atravesar nadando un lago con un brazo escayolado. Hay cosas que uno no se plantea jamás, al menos no por el momento, al menos no ahora. Y dejar de jugar al baloncesto, a pesar de la completa colección de lesiones, aunque no te entiendan, ni te respeten, es una de esas cosas.

No me hace falta brazo derecho, tengo otros diez, Martes, Jueves, Viernes, Sábado...si las necesito, en cualquier momento...y además, juegan a baloncesto.

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