lunes, 14 de marzo de 2011

Aula 103. María Escudero.

No es capaz de colocarse la mochila por sí sola, porque abulta casi igual que ella y el peso le hace vencerse hacia atrás. La cazadora de invierno, seguramente de la menor talla de la tienda, le cubre hasta más abajo de las rodillas, y cuando se sienta en uno de los pupitres de la primera fila del aula 103 no llega a tocar el suelo con los pies. Pero tiene 12 años, al igual que los demás, y lejos de ser una alumna brillante no ha pasado del odiado cuatro en ningún examen de matemáticas. Su excesiva imaginación impide que su pensamiento lógico razone con sentido, o más bien con lo que las mentes convencionales entienden como tal. Para ella, si Alfonso VIII tuvo 6 mujeres, Alfonso IV tuvo que tener 3, y aunque puedas argumentar con facilidad que se equivoca nunca quedará del todo claro en su cabeza. Sin embargo ella lo lleva con alegría, no se deprime ni desespera como la mayoría de los niños. Ordenada, educada y presumida, siempre lleva un pañuelo cubriendo su cuello a juego con el resto de su ropa, que suele ofrecerme cuando la afonía apaga mi voz y me cuesta hablar. Cuando explicas, siempre te mira, teniendo que inclinarse más que el resto, fijando en ti sus grandes ojos verdes y brillantes, y cuando te diriges a ella es imposible no mirarla con ternura, porque siempre te regala una de sus estupendas sonrisas. Y da igual que se equivoque al pasar de litros a metros cúbicos, da igual que todavía no entienda la diferencia entre una relación de proporcionalidad directa y una inversa, da igual que al representar una función no pueda ver más allá de garabatos pintados entre dos ejes perpendiculares. Es fuerte, es feliz, vive la vida sin enfados, sin amarguras, sin agobios, porque como ella dice, para enfadarse, ya están los mayores...ya estamos los mayores.

http://www.youtube.com/watch?v=3FZtN7T5PXM

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