lunes, 7 de marzo de 2011

Hablemos sobre Dios... (1998)

Sólo tengo diez años. Presento dificultades para expresarme con claridad, pero los curas y monjas me huelen distinto al resto de la gente, no me gustan. En mi clase hay dos altavoces. Como en todas, supongo. Interrumpen la clase: "Bajen todos a la capilla, por favor". La frase está llena de contradicciones, aunque yo no debería de darme cuenta, claro. Con esta edad nadie se da cuenta de nada. No es que seamos tontos, es el ambiente lo que te condiciona, lo que te nubla el juicio, el colegio, incluso la propia familia aunque no es mi caso. Un niño o niña de diez años tiene juicio, a pesar de que según la pedagoga del colegio la psicología postule que hasta los once años el ser humano no desarrolla el uso de la razón. No puede aparecer de repente, así sin más, un niño o niña de diez años debe de tener el juicio en alguna parte, y lo tiene. Pero oír, que no digo escuchar, "bajen todos a la capilla, por favor" es lo que nos acostumbran a calificar como "lo normal". Sin embargo las contradicciones son tres: Una; no se trata de usted a un niño o niña de diez años. Dos; a donde vamos no es una capilla, es casi un zulo, frío y oscuro. Tres; el "por favor" no procede. No hay opción.

¿Quieren que les hable sobre Dios? Muy bien, hablemos sobre Dios...Dios no existe.

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