sábado, 8 de febrero de 2014

Soñar contigo. Y buenas noches.


Hay días que se respiran a bocanadas pero se encuentran versos a bocajarro. Días oblicuos que se viven a destajo y días líquidos que se escapan a chorros. Hay veces que te expones sin censuras y veo amaneceres en tus ojos, en cambio hay otras en las que cierras los museos y sólo están abiertas las tabernas nocturnas, las oscuras y frías calles y algunas avenidas sin nombre, o con nombre de guerra. Y en las seis letras de tus nombres es donde encuentro yo sentido a las letras de los versos que de vez en cuando escribo. De canciones como ésta, que torpemente acompaño como puedo con textos míos, al sonido de un violín que sin saber tocar da vida a la dulce melodía que entre mis manos suena cada vez que como ahora, sin pensar dejo que salga de mi pluma lo que quiera. Que salga bonito. Y sin pensar también cierro los ojos, y me sorprendo perdida en el abismo de tu cuerpo junto al mío. De tus labios, tu mirada, tu sonrisa, y yo que sé que cosas más que ni si quiera he conocido. Me desconcierta, suspiro, tiemblo de frío. Y escuchando esta canción, que  conmueve, que envenena, que enamora los oídos, que derrite el alma aunque no quieras, y aunque quizás no tenga sentido...déjame que sueñe, anda. Déjame esta noche, soñar contigo.



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