jueves, 9 de febrero de 2012

Mi eterna primera vez.

La vida está llena de primeras veces. Algunas ni si quiera las recuerdas, otras vienen a tu memoria de vez en cuando, en momentos puntuales y de manera inesperada, totalmente involuntaria, y otras, muy pocas, permanecen siempre contigo desde que suceden, acompañándote durante el resto del camino, y desde el instante en el que tienen lugar sabes que no las olvidarás jamás. El primer llanto, los primeros gateos, la primera sonrisa, los primeros pasos. La primera vez que dices papá. La primera vez que ves nevar, la primera vez que ves el mar, la primera vez que pintas la lámina de colores sin salirte de los bordes negros. La primera vez que haces un ancho de la piscina entero, sin manguitos, ni flotador, ni la mano de tu padre sujetando alguna parte de tu pequeño cuerpo. La primera comunión, para quien le importen esas cosas. La primera vez que te levantas por la mañana tras el sonido del despertador, sin la necesidad de que tu madre te despierte.La primera vez que marcas una canasta en un partido. La primera vez que te la marcan a tí en tus narices, después de ponerte una chapa de esas que te dejan con ganas de quedarte quieto sin moverte del sitio, sintiendo en tus propias carnes eso que tantas veces has escuchado decir a los mayores de "tierra, trágame". La primera vez que suspendes un examen. La primera vez que sacas un 10 en uno. El primer amor. El primer beso, y la famosa primera vez, tan desastrosa, peor que cualquiera de las que vengan después...pero a pesar de ello, para muchos, la mejor de todas...para muchos, no para todos. La primera vez que dices "te quiero", y la primera vez que te lo dicen a tí, pero de verdad, sincero. El primer trabajo, y el primer sueldo. El primer fracaso sentido como tal, la primera decepción. El primer enfado con un amigo, la primera pérdida, física o psicológica, o ambas. Podría tirarme horas y horas nombrando primeras veces, y siempre se me ocurriría una más, la recuerde o no, la lista no acabaría nunca, y conforme los días pasaran tendría nuevas primeras veces que mencionar. Lo que trato de expresar con ésto no es el hecho en sí de las primeras veces, si no lo que provocan, esa sensación de nerviosismo, ilusión y curiosidad por saber cómo será, que te recorre el cuerpo de arriba abajo y hace que se te olvide hasta cómo se hace eso de permitir que el aire entre en tus pulmones para poder respirar. Y puede que la segunda sea maravillosa, incluso la tercera, y hasta la séptima, pero nunca serán igual que esa primera vez, porque es especial, y eso la hace única. Sin embargo contigo creo que puedo decir que tengo la excepción que confirma la regla. Mi vida a tu lado está llena de primeras veces. Porque cada vez que estoy contigo es única, especial, siento ese hormigueo en el estómago, ese cosquilleo que me hace poner cara de idiota sin darme cuenta con solo verte aparecer al doblar la esquina, o esperándome parado apoyado frente al coche, con las manos en los bolsillos y esa sonrisa a la que no le puedo negar nada. Así que creo que eres mi primera vez, mi eterna primera vez, que se repetirá una y otra vez como si mi memoria tuviera un alzeimer selectivo, haciéndome sentir tan pequeñita, y al a vez tan grande, tan afortunada porque siendo como eres, de la manera que eres, hayas decidido dejarme verlo, y compartir todo eso conmigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario