martes, 7 de enero de 2014

Pérdidas.

A medida que pasan los años, me voy convenciendo cada vez más de que  tenemos a nuestro alcance multitud de posibilidades para formarnos intelectualmente, pero muy pocas para formarnos para la vida. Entre otras muchas cosas, deberían de prepararnos para las pérdidas en algún sitio. No sé, que existiera una asignatura con su nombre desde los tres años hasta acabar bachillerato, incluso en la universidad, que explicara cómo asumirlas en función de la edad que uno tenga. Y que fuera de evaluación continua, que te lo recordase de manera constante, para que cada vez que suceda no tengamos que volver a pasar por lo mismo como si fuera la primera vez. Y repartirlas, espaciarlas un poco en el tiempo, que no le toquen tan seguidas a una misma persona para que pueda superarlas en condiciones. Que no se junten las unas con las otras, que no se amontonen, cada una merece su propio espacio, su propio duelo, su tiempo de cura, de cicatrizar sin infecciones. Y también deberían de enseñarnos a coser. A cosernos por dentro, al fin y al cabo las pérdidas siempre dejan un hueco vacío que cosemos como podemos cuando nos sentimos rotos, mientras el llanto del alma hace eco en su interior. Los más valientes hasta se cosen la sonrisa en la cara. Aunque no la sientan. Alguien debería de avisarnos de que la aguja y el hilo fortalecen, pero el hueco permanecerá vacío siempre. En cualquier pérdida, del tipo que sea, en unas será más profundo y en otras más superficial…pero ahí se queda. Alguien debería de encargarse de estas cosas. Alguna de esas figuras que idealizamos y a la que concedemos poderes por encima del resto sin motivo aparente, por ejemplo. Alguna de esas personas que parecen haberse matriculado para ser Dios pero todavía no han obtenido el título, debería de responsabilizarse de todo esto, aunque sinceramente, no sé si serían capaces. Pero lo que está claro es, que tiene que haber alguien, quien sea, que nos ayude a entender, asumir, y afrontar que aunque nunca son bienvenidas, en el fondo, las pérdidas son necesarias.



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