martes, 20 de noviembre de 2012

Que suene a Barco.

Hay situaciones que no se definen, almas que caminan sin nombre y sentimientos sin etiqueta. Hay días en los que nadie te llena y nadie te colma en otros, emociones que no se pueden expresar, o no se quiere, no es necesario hacerlo. Ilusiones contenidas, gritos de rabia en silencio ahogados en susurros atronadores, ensordecedores, oscuros, y claros al mismo tiempo. Pensamientos que fluyen solos, complicidad que transparenta hasta el más leve reflejo de luz en las noches de tormenta. Noches sombrías y tenebrosas, para tiritar hasta prender fuego de frío, en llamas heladas. Bombas que estallan rompiendo con lo establecido, lo estipulado, la línea que todos siguen sin protestar y sin descanso. Y en medio de todo eso, las hay que siempre están. Da igual cómo, cuándo, y por qué, no importa el tiempo, el modo o el lugar, la ecuación siempre es constante, la demostración siempre se cumple, y no importa lo que digan, ni lo que piensen, ni lo que inventen. Ella es, y por encima de todo, Ella, está.

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