sábado, 28 de abril de 2012

Cuestión de Fe.

Para un entrenador, el resultado final no se lee en puntos a favor o puntos en contra, ni en partidos ganados, o partidos perdidos. Se lee en la evolución, en el progreso continuo, en los objetivos marcados, y en los conseguidos. Se lee en cuántos hombres y mujeres han salido de esos niños, en cuántos han aprendido a valorar el deporte en equipo, la ilusión, el sacrificio, las ganas, el talento. Se lee en cuántos jugadores se han formado como tal sobre los valores de la humildad, el respeto y el esfuerzo. Y éste es un resultado que ningún periódico, estadística o libro de récords publicará jamás. Y éste es el resultado que uno se lee a sí mismo tras cada partido, y sobre todo al final de cada temporada. Resultado difícil de asimilar, a veces, pero que hay que aceptar con optimismo, y seguir trabajando, porque todavía queda mucho por delante hasta la lectura final, cuando el último partido, acabe.

Porque llega un momento en el que, la persona que gana, es aquella que realmente cree poder hacerlo.

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