lunes, 17 de noviembre de 2014

Tinta de domingo.

Miro a un punto fijo intermitente al tiempo que escucho el sonido de la cucharilla contra el tazón. Giran y giran círculos de espuma en el café junto a restos de cereal y chocolate, y yo me dejo derretir junto al balcón de la cocina. Tic tac, suena el reloj en la pared, como todos los días, ese que activa el piloto automático que apaga mi alma, me conecta la cabeza al mundo...Y dejo de hacerme preguntas. Pero justo hasta ese momento, me pregunto tantas cosas que nunca me da tiempo a responderme. Me pregunto, entre otras, por qué me despierto algunas mañanas y lo primero que hago es pensar en ti. Por qué se me revuelve algo dentro cada vez que escucho tu nombre en algún lugar, incluso cuando esas dos sílabas llenas de letras se refieren a otra persona. Por qué entro de puntillas en las redes sociales como quien entra a escondidas a una habitación a oscuras en busca de algo que un día olvidó. Por qué borré tus fotografías, si se me agarran a las retinas día sí día también. Por qué hago ver que no las veo, si no me hace falta ni mirarlas, si ya me las sé de memoria. Por qué salgo por las noches como si nada, como si jamás te hubiese conocido...Y por qué les acabo pidiendo a otros que hagan de ti. Que les gusten tus mismas cosas. Que sonrían como lo hacías tú. Por qué les comparo siempre contigo. Qué culpa tendrán ellos de no saber que me exististe, de no poder acabar este final. Por qué me he cansado de trucos de magia, por qué ya no me apetece jugar. A la mierda la lotería. Quiero que me toques tú.


3 comentarios:

  1. TODO SE TRANSFORMA, CUESTIÓN DE TIEMPO

    Ese punto fijo donde se congela nuestro pensar, sin avanzar. Reflejo de ese miedo al abismo de un cambio, de la incertidumbre de lo desconocido que llegará con cada nuevo despertar. Poco a poco, día a día, se transformará; hasta que nos encontremos a nosotros mismos jugando con los posos del chocolate entre el café, girando y girando la cucharilla para crear un remolino en el que se ahoguen nuestra nostalgia y las cadenas de tiempos pasados. Y estemos dispuestos a dejar rienda suelta a quién sabe qué nueva tormenta diaria que podrá aparecer y sobrecogernos con su estruendo, por la ilusión, la sorpresa de lo desconocido que llama de nuevo nuestra atención.

    Ese punto fijo se transforma, y nosotros con él. Transfo-evolución. Y de repente un día, es común el pensamiento, sin cortes. Desde el momento de despertar, pasando por el de vacilar con la espuma del desayuno, con el testigo de ese punto fijo al otro lado del cristal del balcón, invitándonos a descubrir lo que ahí fuera nos espera, hasta el momento de conectar con la realidad sin dejar de lado nuestro particular vacile con la vida. La ilusión y el juego constante del niño que siempre llevamos dentro y que llegará a estar a flor de piel en cuanto se transforme nuestro miedo en ilusión, o simplemente en tranquilidad. Y nos habremos transformado, vacilaremos de nuevo al despertador, al café, a la barandilla de la escalera, al espejo del ascensor mientras de reojo vemos la cuenta atrás... 3, 2, 1, 0... ABRIENDO PUERTAS!!!! Se abren las puertas de nuestro mundo, real y fantasioso. Nosotros mismos lo escribimos, para eso está ahí cada día!

    Piloto automático conectado. Todos a una: nuestra ilusión, nuestras obligaciones, nuestro vacile al mundo, nuestra sonrisa de nuevo a la vista de todos. Y quién sabe dónde cruzarnos con esa lotería, sin esperarla, que es cuando más se disfruta. La lotería que nos puede tocar de tantas formas a diario y que podremos celebrar si nos pilla conectados a la vida, sin anhelos que nos hagan viajar al pasado y nos corten las alas. Que sean "solamente" recuerdos agradables. Que nosotros mismos los transformemos en esperanza de, quién sabe dónde y cómo, ser agraciados en el sorteo. Hasta entonces, que esos recuerdos sean la prueba de que es posible disfrutar de nuevo de sensaciones, de cortes de respiración y suspiros, de miradas cómplices, como lo hicimos antes. No se repiten sorteos, pero siempre puede tocarnos algo diferente e igualmente satisfactorio.

    Abiertos a ello, con momentos de anhelo, claro... Pero cada vez menos intensos y cada menos desayunos. Hasta que la transformación esté presente por completo y cada despertar y desayunar vuelva a ser todo un acontecimiento, un regalo, una lotería que celebrar, como nunca debió de dejar de ser...

    Mucho ánimo, jugadora impertérrita de lotería.

    Pit :)


    ResponderEliminar
  2. Si ha dado un :) como resultado, ha servido de algo. Transformación iniciada!

    De nada!!

    Pit :)

    ResponderEliminar