domingo, 28 de septiembre de 2014

Tinta de domingo.

Es curioso como el paso del tiempo convierte a las maldiciones en bendiciones, como la experiencia que crees que va a poder contigo se acaba transformando en una evolución. Algunas cosas son demasiado valiosas o demasiado dolorosas como para contarlas, así que uno se las guarda entre los pliegues del alma, escondidas a la vista. Algunos regalos, algunas penas, y algunos recuerdos calan demasiado hondo como para expresarlos con palabras, nos arrancan demasiadas lágrimas. Pero aún así, a veces, sólo a veces, doy gracias a que seas tan desordenada y revuelvas mis restos. Porque es entonces cuando la vida realmente me palpa, me desmonta la armadura y me acaricia con canciones, con letras, con sonidos, con superficies, con interiores que inspiran hasta el último suspiro de la pluma y el papel...es solo sin ti, cuando entro en contacto conmigo. Y con el mundo. Es curiosa la metáfora de no tenerte para tenerte del todo. Ahora que ya no puedo tocarte, puedo dejar, si quiero, de pensar en ti. Puedo hacerte real y mirarte en una fotografía a unos ojos inertes, soñar despierto y convertirte en mi verano particular, o simplemente en una más entre la gente. Pero no temas, ni te asustes, ni te agobies no te pido que vuelvas, es sólo que a veces necesito recordar que lo nuestro sin ser nada fue algo, y que ese algo era mejor que mi relación con tu recuerdo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario