miércoles, 17 de agosto de 2011

17

Te veo cada mañana y pienso en cómo podría encontrar la forma de que mis retinas conservaran tu imagen sin tener que abrir los ojos y despertar sin ti a mi lado. O mejor aún, cómo podría encontrar la maldita forma de no volver a verte nunca más, ni dentro de mi cabeza ni en lo más profundo de mi alma, que desaparecieras para siempre, y con ello la condena de acostarme cada noche sabiendo que ahí estás, en alguna parte de esa fría ciudad, haciendo quién sabe qué, ni con quién, ni por qué, a todo ese puñado de kilómetros de distancia. Y los días transcurren como si no existieras, rápidos, lentos, impasibles, hasta que llega algo que los trastoca, una de esas ráfagas de recuerdos generada por algo que le da un vuelco a lo poco que queda ya dentro...y que durante un mísero instante de nostalgia y debilidad, me inspira para escribir todas estas tonterías, y me hace pensar en ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario