viernes, 20 de mayo de 2011

Elecciones democráticas..así las llaman.

No quieren que creas en tu propia búsqueda, si no que busques a quién creer, intentando persuadirte con demagogia barata para que les elijas a ellos y añadir más ceros a sus monederos. No van de frente, si no por detrás. No desordenan la vida, se acomodan en ella. Recetan el remedio antes de encontrar la enfermedad e inventan una infección para vendernos la cura. No tratan de atacar los motivos, si no las consecuencias, piensan que el saber es inteligencia, que un libro es sapiencia elitista y no herramienta popular. Interrogan sin interrogarse, sin cuestionar la aglomeración de voluntades ni promover la acción colectiva. Niegan los prejuicios que a todos nos aquejan en lugar de asumirlos, de reconocerlos para intentar derribarlos. Revuelven los restos de mierda que quedan en la basura del vecino para lanzarlos a su puerta, porque juegan sucio. No buscan la victoria con la defensa de sus ideas si no con la destrucción de las del resto, sintiéndose más grandes cuando pisan al pequeño. Es muy fácil opinar, y más fácil aún no hacerlo. Rabia, impotencia, frustración, nervios, y la extraña sensación de no ser libre, de que el sistema está mal hecho. Ni se para qué sirve, ni lo entiendo, pero seguiré buscando, seguiré opinando, y seguiré escribiendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario