sábado, 15 de mayo de 2010

Odio.

Te odio. Odio tu voz, odio tu nombre, odio tu olor, odio cada parte de tu cuerpo. Odio todo cuanto tocas, todo cuanto miras, todo cuanto piensas. Odio tener que verte cada día, odio cada segundo a tu lado, cada detalle que me recuerde a ti. Tus palabras vacías, tu sonrisa radiante, tus lágrimas secas, tus promesas rotas, todo eso lo odio. Odio todo cuanto tiene que ver contigo, me odio incluso a mi misma por querer odiarte, por intentar odiarte, pero sobre todo, porque a pesar de todo este odio, a pesar de todo este tiempo, todavía no soy capaz de mirarte y sentir que lo he olvidado, sentir que ya no me afecta, sentir que soy capaz de odiarte.

Es inútil. No hay nada que puedas hacer, no hay marcha atrás…del odio al amor hay un paso, pero una vez que tu corazón toma la decisión de darlo, no podrás retroceder. Por mucho que lo intentes, no podrás odiar a quien has querido antes. Creo que esa es la principal razón por la que dicen que amar, a veces, duele.

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