domingo, 25 de diciembre de 2011

Me alegra la idea de que existas.

25 de Diciembre. El esperado día de Navidad, para muchos. Seguramente escuches frases como "Feliz navidad" más veces de las que puedas contar con los primeros tres números primos de Fermat, pero imagínate que alguien te dice hoy: “Me alegra la idea de que existas”. O bien, “hay una alegría en mí, y la causa de mi alegría es la idea de que tú existes”...o más sencillamente, “cuando pienso que existes, me da alegría”. Si te hicieran una declaración así, deberías sentirte realmente afortunado, porque se trata de una declaración de sentimientos, incluso podría considerarse una declaración de eso que llamamos amor, puramente natural, de las que no requieren nada a cambio...lo cual es algo excepcional. Seguramente estés pensando que cuando decimos "te quiero", tampoco pedimos nada...pero sí que lo hacemos. Pedimos que la otra persona responda con un “Yo también”, que en muchas ocasiones no está preparado para salir de ahí adentro, que es de donde tiene que salir, y carece del sentimiento único y auténtico que esas dos palabras poseen por naturaleza, pero que desgraciadamente en los tiempos que corren tiende a desgastarse utilizándose de manera equivocada. Hay que ser muy valiente para decir "te quiero" de forma sincera, sin esperar absolutamente nada a cambio, y aún cuando tus intenciones son así puedes generar en la otra persona esa necesidad de responder por compromiso sin estar preparada para ello. Sin embargo, decirle a alguien “me alegra la idea de que existas” ,es no pedir nada. Es manifestar una alegría, un sentimiento, que ciertamente puede ser paralelo a un deseo de unión o de posesión, pero que no se puede reducir a él, y que lleva consigo un "Te quiero" que aunque irracionalmente se siente todavía puede que sea pronto para pronunciarse como tal. Simplemente, existe. Simplemente, es. Simplemente, somos.

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