miércoles, 2 de febrero de 2011

Incoherencia.

No creo en Dios, así que que me traiga sin cuidado el bautismo es lógica e inevitable consecuencia...pero por ponerle un nombre, llamémosle Incoherencia.

Ella es así. El hecho de que no le busque no significa que no quiera encontrarle, el hecho de que no le hable no quiere decir que no quiera escucharle, y aunque apenas le haga caso sonríe por dentro cada vez que vuelve a verle. Porque el hecho de que no se lo diga, no significa que no lo sienta. Pasaba días sin verle, incluso semanas, pero por mucho tiempo que desapareciera daba igual, siempre volvía. Antes ella no era consciente, apenas pensaba en él, ni en si podía perderle o en si valía la pena, y ahora...ahora a él cuatro palabras le bastan para tenerla contenta. Y te preguntarás cómo es posible que algo que ha pasado tan desapercibido en su pasado puede estar siempre en su presente, y ella te dirá que no tiene ni la más mínima idea...pero sabe que es así.

Ysi las malas ideas fueran una disciplina olímpica, ésta se llevaría el oro, pero puestos a ser incoherentes...déjala esperarle, aunque tal vez no vuelva.

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