martes, 15 de marzo de 2016

Círculos.

De entre todas las actividades que el circo en el que trabajaba su familia le ofrecía, tenía claro que nunca sería Maga. Le resultaba demasiado triste asumir desde el principio que existía truco, y conocerlo. Al espectador siempre puede quedarle la duda, por escéptico que sea siempre puede contar con la posibilidad de creer. Ella no creía en la magia desde el día en el que le rompieron el corazón. Le llevó tanto esfuerzo recoger los pedacitos y recomponerlo que lo había encerrado en una armadura ermética y fría, difícil de alcanzar y más todavía de destruir. No se había vuelto a enamorar nunca. Encaprichado sí, muchas veces, pero al final siempre se aburría, o le aburrían, o quería creer que era aburrimiento y no miedo a terminar enamorándose de verdad lo que realmente sentía. No quería pasar por aquello otra vez...no quería que le hicieran daño, aunque egoístamente en ocasiones terminara por hacerlo ella. Tampoco es que lo pusiera muy fácil. Siempre decía lo que pensaba, y no lo que ellos querían escuchar, y eso es algo que en ocasiones puede confundirse con pedantería, bordería o prepotencia...así de mal valorada está hoy en día la sinceridad. A veces se quedaba callada como si el mundo no fuera con ella, como si la vida diera vueltas a su alrededor mientras ella caminaba en anodinos círculos, como si bogara como un escualo moribundo alienada en un estado de ataraxia y sin rumbo fijo. Hasta que un día, en medio de uno de esos círculos sin sentido y de la manera más inesperada, se encontró con la horma de su propio zapato. Se encontró con él.

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2 comentarios:

  1. Sin embargo, el Mago del circo era un gran amigo suyo. Solía bromear con que el truco más difícil que jamás había realizado era el de sacarle una sonrisa a ella en los días de tormenta. Trataba de inventarse sonrisas en su cara a diario, antes de comenzar el pase de la tarde, a la hora de recoger por la noche, mientras ella picaba las entradas de los espectadores. Unos días lo conseguía. Otros días era imposible esculpir nada en esa férrea armadura, "la magia es cuestión de repetición, el truco no siempre sale bien" solía decir cuando no lo conseguía. En sus largas discusiones sobre la magia, él solía argumentar que conocer el truco no te impone indiferencia ni te impide disfrutar de las cosas sino que te permite hacerlo desde otro punto de vista.
    -- Y si tú ves el paso de los días como un viaje en círculos... -sacó una banda de Moebius hecha de tela de su bolsillo haciendo ver que se trataba de un vulgar círculo y comenzó a recortarla longitudinalmente- yo te enseñaré que el punto en el que estás hoy no es el mismo que el de ayer. Cada día cuenta, cada círculo suma.

    Al terminar de cortar la banda, lejos de obtener dos círculos de tela como ella esperaba, el mago sostenía entre sus manos un único círculo el doble de grande que la banda inicial. Al ver la cara de asombro de la chica, él sonrió y dijo:
    -- Me alegra ver que hoy sí lo he conseguido.

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    1. Infinitos millones de montones de gracias. :) Me ha encantado.

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