miércoles, 20 de agosto de 2014

Hermosa taquicardia.

Imagina que por un día amaneces sin el molesto y rutinario sonido del despertador, sin legañas en los ojos ni rasguños en el alma. Imagina que es domingo y sonríes sin querer al recordar que anoche la viste, y que vas a volver a verlao mejor aún, que al despertar desnudo entre tus sábanas descubres que ella también está enredada en ellas. Imagínate feliz en una cama sin agobios, sin problemas, sin censuras...sin nada. Imagina que aparece de pronto frente a ti, con la ropa puesta pero sin ganas de llevarla. Imagínate que hacéis el amor en el coche aunque estéis a cien metros de su casa, porque no podéis con las ganasY ya puestos a elegir imagina que esa chica soy yo, en lugar de ella, que esta página es mi mano, que estas letras son mi voz bajando por tu cuello. Tal vez así podamos estar juntos en algún otro lugar, y no solo en el que se respira entre estas líneas, con el que no me queda más remedio que conformarme mientras tú abrazas otro cuerpo que no es el mío, y yo siento el absurdo nudo que se nos forma a las mujeres en el estómago con el "qué tendrá esa, que no tenga yo".  Dicen que el tiempo siempre pone todo en su sitio, pero precisamente a base de tiempo me he dado cuenta de que el "sin ti" me parece un idioma que de momento no quería aprenderme. Y sí, es complicado retener a alguien a tu lado cuando tu lado es como una película en blanco y negro, mientras ahí afuera hay toda una primavera de colores, pero que alguien me explique cómo se hace, cuando por fin consigues que tus heridas cicatricen y encuentras una caja de mil pinturas, eso de quedarse sentada de brazos cruzados, como si la vida fuese una película que ver sola en una sala de cine vacía, aguantándote las ganas de darle una patada a la cámara haciendo saltar todas las piezas de golpe. Lo único que queda es pensar que el destino siempre nos sorprende cuando menos lo esperamos, que las cosas que realmente merecen la pena, si tienen que llegar, llegan, y si tienen que volver, vuelven, nunca es tarde para ellas. Y mientas haya una posibilidad, media posibilidad entre mil millones de que así sea, tiene sentido creer en ella.



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