martes, 26 de agosto de 2014

Acuérdate de soltar el vaso.

Estábamos a punto de dar la sesión por finalizada, cuando Yolanda se acercó hacia la pequeña mesita de la esquina y levantó un vaso lleno de agua hasta la mitad. Imagino que en aquel momento todos pensamos en la típica pregunta de ¿Cómo veis el vaso, medio lleno o medio vacío? Sin embargo, ella preguntó: "¿Cuánto creéis que pesa este vaso?" Uno por uno fuimos contestando, en un rango de estimaciones de entre doscientos y trescientos gramos. Yolanda dibujó en su rostro una leve sonrisa, se acercó hacia nosotros, y respondió: "El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo durante un minuto no tendré ningún problema. Si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo, y si lo sostengo un día entero mi brazo se entumecerá y paralizará. El peso real del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, y más difícil de soportar me resulta. Nuestros planes de futuro y las preocupaciones de nuestro día a día, en especial las relacionadas con los sentimientos, son como este vaso de agua. Si piensas en ellas durante un rato, no pasa nada. Si piensas un poco más comienzan a molestar, incluso doler, pero si piensas en ellas constantemente a lo largo del día, acabarán paralizándote, y te impedirán seguir adelante y disfrutar de cualquier otra cosa. Por eso, sea cual sea tu preocupación, tu estado de ánimo y el momento de tu vida en el que a nivel emocional te encuentres, de vez en cuando, y aunque en ocasiones resulte complicado, acuérdate de soltar el vaso.



2 comentarios: