miércoles, 27 de enero de 2016

"Lo que escuece imaginarse el sin ti, después de ti."

Cuando no puedas dormir, te mando sueño. Piensa que estoy ahí, contigo. Es uno de esos días en los que el cielo muestra su traje de luces puras y blancas, mientras el viento hace que un coro de árboles fuerce sus ramas como si de cuerdas vocales se trataran, en sus posturas más agudas, más intensas, más humanas. Cuando no debas dormir, te mando un beso. Siente que estoy ahí, contigo. Es uno de esos días en los que se desatan tormentas en el mar de las sábanas, mientras mis piernas te enredan, y nuestros cuerpos se mueven al son de las olas que bailan la más dulce y violenta melodía que nazca de tu alma. Cuando no quieras dormir, te mando mis sueños y mis besos. Déjame soñar contigo. Déjame dormir contigo, anda. Déjame darte un beso de esos que no se olvidan. Ni en otros labios, ni en otros cuerpos, ni en otras camas, ni en otras aguas. Ni en otras vidas.

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