lunes, 12 de enero de 2015

La idiota es ella.

No seas idiota. Levántate de ese sofá y sal a la calle. Sal corriendo sin perder el tiempo en buscar las llaves. Para qué. No las necesitas. Coge la cartera, y corre. Plántate en la estación y coge el primer tren que salga hacia donde te dice el corazón. ‘Qué le digo’, ‘Qué hago’, ‘No tendría que haber dicho eso’, ‘Tendría que haber hecho las cosas de otra manera’...Quítate esos pensamientos de la cabeza, no sirven, no pagarás ni un solo billete con ellos. Son sólo calderilla para echar a la gorra del primer mendigo que encuentres junto al andén. Siéntate y pon los pies en el asiento de en frente hasta que el revisor te llame la atención, escucha esa canción que sin querer te recuerda a ella, quédate dormido hasta que tu cabeza caiga sobre el desconocido de al lado y te haga pasar ese incómodo y embarazoso momento al despertar. Espera a que se abran las puertas y vuelve, vuelve a correr sin detenerte. Sortea a la gente, ábrete paso entre la multitud, empújala si hace falta, que se jodan, ellos no tienen tus ganas, ellos están muertos por dentro. Qué sabrá toda esa gente de los sentimientos...qué sabrá toda esa gente de buscar el amor. Espérala en el portal, o mejor aún, llama a todos los timbres hasta que escuches su voz. Su dulce y seductora voz. Empuja la puerta, sube las escaleras de dos en dos, que las segundas oportunidades a veces merecen la pena. Tropiézate si hace falta, que ya te levantarás. Ahí está. Mirándote con su moño despeinado y su camiseta de estar por casa, atónita, perpleja...preciosa. Cógele la cara con las manos y cómele la boca. Cómesela como si llevases meses sin desayunar. Con ella. Eso es lo que ella sueña con que harás algún día. Pero lo que haces es muy diferente. Te quedaste mirando esa pantalla del móvil, esas conversaciones en las que decías todo sin decir nada, y no decías nada, diciéndolo todo. Borraste su historial. No arriesgaste, y sigues sin arriesgar. Quien no arriesga no gana, y tu decidiste perder. Tú no buscas nada, aunque en el fondo esperas que ella te encuentre. Y día tras día, ella espera que lo que sea que estés buscando, sea mejor que lo que estás perdiendo. Porque en el fondo, como casi siempre en estas historias, el que busca no eres tú, es ella. El que corre no eres tú, es ella. El que arriesga no eres tú, es ella....El idiota no eres tú. La idiota, es ella. La idiota siempre es ella.

2 comentarios:

  1. Que relato más intenso y emocionante.
    Espero que algún día nos confieses de dónde te viene esa inspiración para escribir tan bien.
    Sigue así :)

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    1. Gracias! Justamente este, tiene truco. ;)
      https://since101993.wordpress.com/2015/02/09/no-lo-pienses-ni-un-segundo/
      Muy recomendable, lo descubrí hace no mucho...aunque prefiero la mía, este blog me gusta mucho!

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