domingo, 3 de febrero de 2013

No le entiendo, Presidente.



Hace tiempo me escuché decir a mí misma un claro y contundente "qué difícil es esto de hacerse mayor". Con el paso de los años, me voy dando cuenta de que hacerse adulto es lo peor que le puede pasar a una persona. Hacerse adulto sin razón, claro, de malas maneras, sin ser consciente de lo que como nuevo adulto forma parte de ti, de lo que llevas dentro, y de cómo afecta al mundo que te rodea. Hay personas que no están preparadas para afrontar responsabilidades, de ningún tipo, y deciden guardar sus miedos bajo llave en el cajón de la cobardía, en lugar de salir al campo de batalla y afrontarlos con determinación, con la cabeza alta y un poco de mano izquierda. En lugar de eso se visten con esos trajes de etiqueta "hipocresía", enfundan la espada de la avaricia y se esconden tras el sucio escudo de la mentira. Es entonces cuando comienzan a engañarse a sí mismos. Comienzan a gustarse hasta en sus perfiles más abyectos, y perdonan sus errores antes de reconocérselos a sí mismos, y por supuesto a las víctimas que los sufrieron. No asumen consecuencias. Sólo actúan, el fin siempre justifica los medios, y si todo se pone en contra sellan con su mero nombre las bocas de la protesta y el reproche, rechazando cualquier cambio que altere su estabilidad...ya no pueden actuar bajo principios, la ética y la moral son conceptos que olvidaron hace tiempo. Demasiado. Demasiado tiempo haciendo las cosas mal. Demasiado tiempo enterrando mierda y arrastrando restos de basura en su conciencia, la cual suplica bajo cadenas ser liberada. Demasiado tiempo corrompiendo su alma. Corruptos, así los llaman. Todo para conseguir escalar hasta el peldaño en el que se encuentran. Todo por ambición de poder, como un drogadicto que no consigue saciar su mono y es capaz hasta de matar vidas humanas por unos cuantos gramitos más. Hay quien cree que exagero, pero créanme cuando digo ésto, no se equivoquen y quítense esa venda de los ojos. No miran por nosotros, no miran por su pueblo, miran por ellos mismos. Ellos, también lo harían. Y cuando la tinta de sus sellos no basta, cuando el esparadrapo más fuerte sujeta a duras penas los labios de un país entero que grita "Dimisión" hasta desde el silencio, y todo estalla, llegan las excusas baratas, la incoherencia absurda, y el más indignante escándalo, de golpe, se destapa. Y es entonces cuando me pregunto, y respóndanme, si es que pueden, respóndanme a ver de qué sirve, un presidente de gobierno hablando ante quienes no pueden si quiera hacer preguntas ni cuestionar las palabras que salen de su boca, leídas con mano temblorosa de un mísero papel que a saber quién ha escrito. Y llegados a este punto, yo sólo puedo decir que no le entiendo, Presidente. No le entiendo. Ni a él, ni a todo el que tenga manchadas las manos con su misma porquería. Quizás aún no me esté afectando demasiado ésto de hacerse mayor, o quizás, y seguramente, haya otras formas de crecer, y yo vaya por otro lado. Confío en que así sea, y confío en que como yo, todos los jóvenes que creemos en un futuro mejor, no nos dejemos llevar por los caramelos envenenados adornados con atractivos envoltorios, y sigamos adelante, como podamos, como nos dejen, pero siempre por el camino adecuado.

1 comentario:

  1. Es inentendible.
    Te vas haciendo mayor, y poco a poco vas abriendo los ojos a la realidad que te rodea. Es entonces cuando te das cuenta, que las piezas en las que recreas tus comportamientos (porque te sale ser así, pues así te has formado) no encajan con lo que te rodea. Y te ESCANDALIZA ver cómo la vida sigue pasando ante tales injusticias...viendo como 5 hijos de puta viven a costa de los demás, engañando, robando, y mirando pro encima del hombro, pues se creen que están por encima de cualquier ciudadano de la clase media o baja. Después de percibir todo ésto, que consigue hacer que te hierva la sangre y hasta los mismísimos huesos...Sigues mirando a tu alrededor y suspiras ante la mierda de sociedad conformista, parada y extremadamente pasiva ante la que te encuentras.IMPOTENCIA, ASCO Y DESIDIA.
    Un abrazo Raquelita.

    ResponderEliminar