jueves, 3 de enero de 2013

Hora de pintar.

Todavía no he llegado a ir al gimnasio durante los 12 meses del año, pero creo que puedo decir desde ya que el mes de Enero es y será mi favorito. Es bastante entretenido comprobar cómo el número de personas cuyo propósito para el nuevo año es perder unos kilos, estar más en forma, o encontrar pareja, se concentra en ese lugar como el buen católico que acude a la iglesia cada domingo sin excepción. Lo más probable es que de aquí a Febrero no quede ni el 30%, pero oye, lo han intentado, para eso están los propósitos de nuevo año...y los bonos de un sólo mes.  De paso se han comprado un par de mallas y camisetas de esas ajustadas e incomodísimas que la gente se empeña en utilizar como si realmente fuesen más prácticas que cualquier otra prenda, se han depilado todas las partes de su cuerpo que esas prendas dejan visibles, y han encontrado un amigo o amiga al que engañar para no tener que ir solos. El caso es que hoy, al volver del gimnasio, se han adelantado los reyes y me han traído una caja de pinturas. Todavía no se muy bien por dónde empezar, pero ganas tengo, de colorear la vida como me de la gana, y sorprenderme a mí misma y a los que me acompañan. 2013 empieza diferente, será diferente, trae cambios como todos los años, algunos elegidos, otros no tanto...pero no por ello hay que bajar la cabeza y quedarse callado, ni proponerse cosas que ni quieres hacer, ni estás preparado. A la mierda con todo ese rollo de que la estabilidad y la rutina son en esencia necesarias, a la mierda con todas esas ideas conformistas y acomodadas. Que no valen, que agobian, que cansan. Y que el sol salga verde, que el cielo se tiña de rosa y la hierba entera parezca naranja...porque para pintar todos los días el mismo cuadro, prefiero no pintar nada.


No hay comentarios:

Publicar un comentario