sábado, 16 de noviembre de 2013

Entre subtítulos.

Siempre he sido de la opinión de que cuando uno tiene tantas cosas que decir que si se calla le salen subtítulos, lo mejor sería no decir nada...pero obsérvenle. Cómo se mueve, cómo camina y cómo se contonea, que anda con gracia, que anda bonito. Y fíjense que cuando sonríe, se le forman unas comillas a cada extremo de la boca. Esa, su boca, es mi cita favorita. Su risa a carcajadas. La miel de sus ojos, me bañaría en ella noche tras noche, y que se joda el mar, que no me interesa. Y esa voz, y esas maneras, y ese pelo cobrizo al sol, revuelto, que el viento peina y desordena mientras él se lo alborota con sus manos llenas de venas. Su mano izquierda. Cómo sujeta las copas y las botellas, y hasta la taza de café, con la derecha. Que sí. Que todos lleváis razón. Que será una tontería. Pero qué queréis que os diga...yo me siento más feliz cuando él me mira.

No hay comentarios:

Publicar un comentario