domingo, 16 de octubre de 2011

Envidia Sana.


Hoy, siento envidia de vosotros. Y no solo hoy, hace días, semanas quizás, incluso algún que otro mes. Os envidio en mis noches frías, os envidio en mis mañanas cálidas, cada vez que me acuesto y en cada despertar. Os envidio cada vez que paso por aquella vieja cafetería de la esquina, cada vez que voy al cine, o cuando quiero ver el mar. Os envidio al tumbarme en el sofá con la manta de cuadros, el bote de helado, y la tele encendida, con esa película que ni si quiera es entretenida. Os envidio en vuestras fotos, en vuestros viajes, en vuestros abrazos, y en vuestras caricias. Os envidio en vuestras llamadas estúpidas, en vuestras discusiones absurdas, en vuestros celos ridículos, y en todas esas tonterías que uno hace para que el otro sonría. Os envidio en vuestros besos, esos que saben mejor que los de cualquier otra boca y te hacen renunciar a todas ellas, y por qué no admitirlo, en vuestra vida sexual, también, os envidio. Os envidio en mis momentos más felices, y en los más difíciles, cuando siento que algo falta, y que ese algo, ni lo tengo, ni se compra. A todos vosotros, os envidio, de forma sana, pero os envidio. Os envidio porque sois valientes, porque os atrevéis a amar, y sobre todo, porque sois correspondidos.

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