No juegues con los sentimientos de los demás solo porque tú no sepas que hacer con los tuyos.
domingo, 30 de octubre de 2011
jueves, 27 de octubre de 2011
.
No hay mucho que pensar, es algo más pragmático, como un impulso, pero de los que no te arrepientes después. Te levantas una mañana, y sabes que es el día. Vas, lo haces, y punto.
miércoles, 26 de octubre de 2011
Soplar hacia dentro.
Es como cuando soplas una de esas velas de pastel de cumpleaños que tienen truco. De esas que por más que soplas y soplas, vuelven a encenderse una y otra vez, y no parecen querer apagarse nunca...pero justamente al revés. Por mucho que intentes que no se apague, la piel de cera se arruga y se amontona, se consume, dejando perderse entre los pliegues, sobre las sábanas de nata pura y blanca que forman su lecho, los restos sin llama, sin vida, sin alma. Y día tras día ves como el sol sale y se esconde para tí, pero no para ella, porque sus ojos la engañan, le muestran otro mundo diferente al tuyo. Y cuando estás ahí, cuando la observas, tus cuerdas vocales se crispan, hacen nudos de impotencia, tus lágrimas empujan con fuerza pidiendo a gritos salir fuera, y por un momento ruegas a Dios, sin importarte que no creas, que por favor te diga como ayudarla, que te enseñe, que te deje ver qué es lo que pasa por su cabeza...y que antes de que muera, puedas llegar a quererla...puedas llegar a entenderla.
lunes, 24 de octubre de 2011
Riposa In Pace, SuperSic.
Cuando
me levanto por la mañana suelo tener pensado lo que voy a hacer, a
dónde voy a ir o con quién voy a estar. Me gusta controlar todo, y
cuando no puedo controlar algo me aparto, o simplemente no me implico
demasiado antes de dar pasos en falso. Pero cualquier día algo te
puede romper los esquemas. Cualquier día algo hace que no hagas lo
que tenías pensado hacer, no vayas a donde tenías pensado ir, no
estés con quien tenías pensado estar…o simplemente, alguien en
alguna parte no se levante por la mañana, ni vaya a hacerlo más.
Así, en cuestión de segundos y sin ninguna explicación, de nada te
sirve molestarte en buscarla porque no la vas a encontrar, no es algo
que esté en tus manos, de hecho ni si quiera se si estará en manos
de alguien, o de algo. Y te toque de lejos, o de cerca, sientes esa
impotencia de no poder hacer nada por cambiarlo, aunque quieras, esa
rabia que te provoca el amargo sentimiento de " es injusto",
unido al hecho de que ni si quiera apartarte o no implicarte va a
servir de algo en ocasiones como ésta. Son momentos así, los que te
hacen darte cuenta de que a todos nos viene bien relajarnos, darnos
un margen de vez en cuando. Dejarnos llevar, hacer algo que nos
apetezca, simplemente por eso, porque en ese momento nos apetece
hacerlo, sin pensar en las consecuencias o en qué es lo que vendrá
después. Mañana volveré a levantarme y tendré pensado lo que voy
a hacer, a dónde voy a ir, con quién voy a estar…pero hoy, voy a
darme un margen.
viernes, 21 de octubre de 2011
El hotel Infinito.
El
hotel de Hilbert queda a cientos de kilómetros de cualquier otro
lugar civilizado, en medio de un páramo, rodeado de ciénagas
espantosas habitadas por caníbales. Si no fuera por el gran cartel
que recoge su nombre, en letras amarillas llenas de moho, e
inclinadas por el peso de los nidos de los cuervos, sería
prácticamente ilocalizable. El hotel Infinito, lo llaman, porque
posee infinitas habitaciones. En una de esas horribles y frías
noches de tormenta, un viajero llegó hasta su puerta, y gracias a la
luz de un pequeño farolillo impregnado de telas de araña, que a
duras penas luchaba contra el viento por sobrevivir, distinguió un
pequeño cartel que decía: "Completo". Pero una vez allí,
dejándose llevar por la desesperación, el viajero empujó con
fuerza la puerta, y acercándose con cautela al recepcionista, le
pidió una habitación. Hilbert, un hombre de pelo gris, ojos azules,
penetrantes, y aspecto cansado, no se inmutó, es mas, ni si quiera
se sorprendió. Airosamente, se incorporó sobre el mostrador de
madera vieja y desgatada, y levantó con su mano izquierda el
auricular de un antiguo teléfono negro. Carraspeó antes de hablar, y con voz firme y segura, dio
una orden general: Que el ocupante de la habitación uno se mudara a
la habitación dos, el de la habitación dos a la habitación tres,
el de la tres a la cuatro y así sucesivamente. Mediante esta
sencilla operación, la habitación uno quedó vacía, lista para el
nuevo huésped; todos los ocupantes del hotel tenían, como antes,
una habitación, y el hotel seguía también, como antes, completo.
Ahora supongamos que en vez de llegar un solo viajero, llegaran
infinitos. El recepcionista, esta vez, indicaría al ocupante de la
habitación uno, que se mudara a la dos, al de la dos, a la cuatro,
al de la tres, a la seis; y otra vez lograría acomodar a la multitud
recién venida en las habitaciones impares, que quedarían todas
vacías. Y si por ejemplo, el dueño del hotel decidiera clausurar
la mitad de las habitaciones, no por eso la cantidad de cuartos
cambiaría.
Sería la misma, tan maravillosamente infinita como
antes.
jueves, 20 de octubre de 2011
VeintedeOctubre.
Hoy miro atrás. Solo hoy, no lo hice ayer, ni lo haré mañana, ni la semana que viene, ni durante el próximo mes. Pero hoy, sí. Y si pudiera retroceder, lo haría, y detendría el tiempo, justo hace trescientos sesenta y cinco días, justo ahí...y haría que este año entero, no hubiera sucedido. O al menos, no así. ¿Qué regalo quiero para el mío? Exactamente eso, si existiera una goma que borrase solo lo que sobra, la pediría, pero se que es algo que no se puede conseguir...así que hoy estoy triste, si quiero, que aún me quedan muchos días para estar feliz.
-¿Cuántos años tienes hoy?-Preguntó ella, con su sonrisa de siempre.
-Ventitrés.- Contestó él, y aquella vez, sonrió también.
lunes, 17 de octubre de 2011
domingo, 16 de octubre de 2011
Envidia Sana.
Hoy, siento envidia de vosotros. Y no solo hoy, hace días, semanas quizás, incluso algún que otro mes. Os envidio en mis noches frías, os envidio en mis mañanas cálidas, cada vez que me acuesto y en cada despertar. Os envidio cada vez que paso por aquella vieja cafetería de la esquina, cada vez que voy al cine, o cuando quiero ver el mar. Os envidio al tumbarme en el sofá con la manta de cuadros, el bote de helado, y la tele encendida, con esa película que ni si quiera es entretenida. Os envidio en vuestras fotos, en vuestros viajes, en vuestros abrazos, y en vuestras caricias. Os envidio en vuestras llamadas estúpidas, en vuestras discusiones absurdas, en vuestros celos ridículos, y en todas esas tonterías que uno hace para que el otro sonría. Os envidio en vuestros besos, esos que saben mejor que los de cualquier otra boca y te hacen renunciar a todas ellas, y por qué no admitirlo, en vuestra vida sexual, también, os envidio. Os envidio en mis momentos más felices, y en los más difíciles, cuando siento que algo falta, y que ese algo, ni lo tengo, ni se compra. A todos vosotros, os envidio, de forma sana, pero os envidio. Os envidio porque sois valientes, porque os atrevéis a amar, y sobre todo, porque sois correspondidos.
sábado, 15 de octubre de 2011
GRACIAS
Un
corto, o dos o tres. Un mensaje, o varios. La peor película de terror del año. Un batido de vainilla o
chocolate, al que le falta el batido pero rebosa intención. Comida china, de la que pica, y de la que no. Un partido de baloncesto, pipas peladas, y donuts de chocolate. Una caña
y una cena, un paso a buscarte y te llevo en brazos a donde quieras.
Un privado de alguien que no esperas. Una llamada de 3 minutos desde
1778 km de distancia y una voz distorsionada, pero que no deja de ser
eso, una voz, su voz. Un tick en "me gusta", un "¿qué tal vas?", un "entreno
yo a tus niñas", un "ánimo", "te acompaño", "para lo que
haga falta", "lo que prefieras". Un "aprieta si te duele", "te soplo si te
escuece", "no hables tanto", "ya voy yo, ni te muevas", "que no te de el
sol, que te quemas". Con letras grandes, y en
mayúsculas. Hay ocasiones en las que no se pueden dar de otra
manera.
viernes, 14 de octubre de 2011
Cambio de zapatos.
Que
sí, que bien, que vale. Que me se la teoría, pero ven aquí, póntelos tú, y me cuentas.
jueves, 13 de octubre de 2011
Infinito.
No
creo que cada persona tenga de antemano marcado su destino, pero me
resulta curioso cómo los sucesos, las casualidades, encuentran su
lugar para desarrollarse en nuestra vida. No ha pasado ni una semana
desde que tuve una conversación bastante interesante a cerca de lo
importante que es decir claramente lo que sientes y piensas, y hacer
en cada momento lo que quieres hacer, siempre y cuando con ello no
hagas daño a nadie, y decirlo y hacerlo exactamente en ese momento,
sin que el miedo te pueda e invite a las dudas a sentarse a tu mesa.
Ese día ni si quiera me imaginé, aunque sugiriera como ejemplo una
hipótesis muy similar, que hoy iba a estar sentada aquí(si es que mi postura puede denominarse así), con el
brazo bueno totalmente inmovilizado(y con bueno me refiero al
izquierdo, las cosas siempre se ven mejor desde el lado izquierdo),
la mano derecha con solo tres dedos plenamente utilizables, y la
necesidad de cagarme en eso que algunos llaman dios(lo escribo en
minúsculas porque no creo en su existencia y me es más cómodo,
espero no ofender a nadie), en la virgen, y en toda la corte
celestial cada vez que muevo demasiado alguna parte del cuerpo en la
que tenga quemaduras(esta mañana he descubierto una con tres colores
diferentes, realmente preciosa), o que abro demasiado la boca y la mandíbula no encaja bien. No puedo entrenar, no puedo nadar, no puedo
salir, no puedo trabajar, no puedo conducir mi estupendo coche nuevo, y supongo que debería de estudiar, pero
qué queréis que os diga, no me da la gana. El caso es que no dije ni
hice en su momento lo que llevaba días, incluso semanas, queriendo
decir y hacer, y ahora aunque quiera, no puedo, toca esperar. Es
cierto que el vaso no puede estar siempre lleno entero o vacío por
completo, pero que esté medio lleno o medio vacío sí que depende
de nosotros. Es elección nuestra, y yo elijo que lo quiero medio lleno, y elijo escribir esto,
porque me apetece, aunque me lleve una hora mas de lo que me hubiera
llevado ayer a estas horas, me apetece escribirlo y me apetece escribirlo ahora.
Dicen que mal de muchos es consuelo de tontos, pero siempre aparece alguien que está peor que tú, antes o después para
todo se puede encontrar solución menos para la muerte, y yo de esto
no tengo intención de morirme, y aunque la tuviera, no creo que sea
posible. Por eso a partir de ahora intentaré aprovechar cada
momento, decir y hacer, que no solo escribir, lo que quiero cuando tenga
la oportunidad para ello, y por eso lo escribo aquí. Porque con una
sola persona que lo lea, lo entienda, y lo ponga en práctica, ya me
doy por satisfecha.
martes, 11 de octubre de 2011
Queridos reyes magos, este año me gustaría que me trajeseis...
Una laringe y unas cuerdas vocales nuevas.
domingo, 9 de octubre de 2011
sábado, 8 de octubre de 2011
No me hables.
"Todas las guerras comienzan antes de que se dispare la primera bala, y continúan mucho después de que la última haya cumplido su cometido."
Luego sigo, ahora no me apetece.
Luego sigo, ahora no me apetece.
viernes, 7 de octubre de 2011
Se acabó el verano.
Me sugiere algo así como un amor inmaduro, desconocido, pero no en el sentido de prohibido o secreto, si no en el sentido que le da alguien que no sabe lo que es el amor, pero siente algo muy fuerte dentro, tanto que se desgarraría la camisa haciendo saltar todos los botones a la vez por la persona por la que siente eso tan profundo que no sabe que ahí fuera, en el mundo que no conoce, lo llaman amor. Me sugiere una voz no tratada, una voz en crudo, de esas que puedes sentir cómo se están dañando las cuerdas vocales de quien las usa hasta romperse, como si se dejara arrancar la piel a tiras por las uñas de un médico nazi sin anestesia, y aún sintiendo ese dolor prefiere que no pare, elige ese dolor porque parar sería más doloroso todavía, mas de lo que cree que su alma podría llegar a soportar. Me sugiere a cuando las cosas son auténticas, a cuando no importan las formas, la educación, la clase ni el quedar bien, sino lo de verdad. Me sugiere incluso la imagen de un gitano con mas oro que cultura, con su pecho moreno al descubierto y la seguridad que le da su analfabetismo, que defiende a su Juani a muerte literalmente, aunque sea una mujer con más patillas que Elvis Presley y con el bigote más gordo del mundo. Me sugiere la palabra entrañable, ese calor del sur, esa brisa almeriense, esas tardes que nunca acaban, seguidas de noches eternas de amores de verano, tan dolorosos como los despertares en los que al abrir los ojos descubres que todo lo que acabas de vivir entre tus sábanas ha sido solo un sueño...Hoy ha vuelto a ser una de esas noches.
miércoles, 5 de octubre de 2011
Por Amor al Arte.
Por amor al arte crecen rosas en invierno. Por amor al arte salta el toro en los encierros, pinta el artista su lienzo o canta el poeta en un concierto. Por amor al arte toca la orquesta en Enero, y mueren los caballeros en los cuentos. Por amor al arte se dejan ver las sirenas, abandonando el mar a duras penas cuando el cielo viste oscuro y corre sangre por sus venas. Por amor al arte sonrío cuando te veo, y te echo en falta, si no te tengo. Por amor al arte es que ahora pienso, y de vez en cuando, siento. Por amor al arte escribo esto, y dudo que vaya a hacerlo, pero se que en este momento, por amor al arte, podría escribir sobre tí...aunque no sea cierto.
martes, 4 de octubre de 2011
Hoy, llueve, otra vez.
Explícale tú que no la operaron ayer. Explícale tú que hace un
año que se jubiló su peluquera de toda la vida, que hoy es Domingo,
y no Lunes, o que una receta médica no es un simple trozo de papel.
Explicale tu que ya no existe la tienda de comestibles de la esquina,
que su amiga Jimena murió hace tiempo, que los vecinos del quinto
piso de la calle mayor se mudaron, al igual que ella, o que ya no
puede pagar la revista con pesetas. Explícale tú que las plantas
mueren, que las 3 no son las 6 y diez, o que a los osos de peluche no
se les da de comer. Que la leche desnatada, no tiene mas calcio, que no se ventila el salón por abrir el armario, ni el baño huele mejor por tirar de la cadena o colgar un calendario. Explícale tú que no la operaron ayer. Explícale tu que no hace tres años que ha
dejado de llover.
lunes, 3 de octubre de 2011
Fuerza.
Unas más, otras menos, las personas somos orgullosas por naturaleza. A nadie le agrada mostrar sus debilidades ante los demás, es absurdo no reconocerlo. A todo el mundo le gusta pensar que es fuerte, que puede con todo, que
le digan lo que le digan y le hagan lo que le hagan puede mirar a quien quiera que se cruce por su camino y actuar con esa jodida indiferencia de "me
basto solo, nada me afecta". Pero ser fuerte no es cuestión de
mantener la fachada. Se trata de asimilarlo, de aceptar que hay
personas, momentos y situaciones en las que resulta imposible quedarse
clavado ahí, impasible, como si todo cuanto te rodea no significara
para tí absolutamente nada. Porque en el fondo, te afecta, aunque
trates de engañarte o no quieras darte cuenta. A veces uno necesita
darse permiso a sí mismo para bajar la guardia un rato. No negar
lo evidente, relajarse un poco, limitarse a sentir, y sonreír. Lo
complicado es saber distinguir en qué momento hacerlo, establecer ese equilibrio entre la mente y el alma que te permite elegir bien todos y cada uno de esos
momentos. Equivocándote a veces, y hasta sorprendiéndote de tus propios sentimientos, pero siempre manteniendo la cabeza alta y sin arrepentimiento, teniendo claro que, hicieras lo que hicieras, lo hiciste porque era lo que tú querías hacer. Y justamente ese punto de equilibrio, es lo que nos ayuda a conocernos a nosotros mismos.
domingo, 2 de octubre de 2011
El que quiera ser amado, que ame.
- En cierta ocasión, le preguntaron a Mahatma Gandhi cuáles consideraba que eran los factores que destruyen al ser humano. El respondió así:
La
Política sin principios, el Placer sin compromiso, la Riqueza sin
trabajo, la Sabiduría sin carácter, los Negocios sin moral, la
Ciencia sin humanidad y la Oración sin caridad. La vida me ha
enseñado que la gente es amable, si yo soy amable; que las personas
están tristes, si estoy triste; que todos me quieren, si yo los
quiero; que todos son malos, si yo los odio; que hay caras
sonrientes, si les sonrío; que hay caras amargas, si estoy amargado;
que el mundo está feliz, si yo soy feliz; que la gente es enojona,
si yo soy enojón; que las personas son agradecidas, si yo soy
agradecido. La vida es como un espejo: Si sonrío, el espejo me
devuelve la sonrisa. La actitud que tome frente a la vida, es la
misma que la vida tomará ante mí.
"El
que quiera ser amado, que ame".
sábado, 1 de octubre de 2011
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