8. Giselle.
El día siguiente transcurrió casi sin que fuese consciente de ello.
Me repartí como pude para ver a mis amigos, pasar tiempo con la
familia y aprovechar para salir de compras con Giselle. Giselle es mi
hermana pequeña. Sé que hasta unas cuantas líneas más arriba ni
si quiera había mencionado su existencia, pero estaba esperando el
momento adecuado para hacerlo, aunque en realidad, en cuestión de
hablar de Giselle cualquier momento lo es. Tiendo a poner el título
de los capítulos una vez escrito el texto, pero en esta ocasión
tiene fuerza y personalidad propia, así que es lo primero que he
hecho. Normalmente nunca empleo sólo un nombre para ello, porque
tengo la sensación de que falta algo, de que no es suficiente como
tal. A simple vista puede parecer bastante común, al menos lo es en
Anj, cualquiera que haga un poco de memoria puede conocer a alguna,
pero ésta es diferente, con todo lo que las siete letras que unidas
componen la palabra significan. Rubia, de las de verdad, de las que
empiezan con letra mayúscula, la única con la que hasta ahora he
aceptado compartirlo, porque realmente me gusta que haya otra, y que
sea ella. Con carácter, demasiado, a veces, en ocasiones pierde el
control de la situación, le cuesta canalizar sus emociones y las
exterioriza de manera inadecuada, o más bien como lo que en general
solemos considerar inadecuada, pero a sus escasos 18 y con la vida de
locos que lleva raro sería que no fuese así. Cabezota, observadora,
con encanto, un encanto especial que la distingue del resto al poco
de conocerla, que marca la diferencia. Está. Siempre está, hasta
cuando no lo parece, basta con una llamada, un mensaje, y conmigo ni
eso, sabe cuándo hace falta aunque nunca se lo pida. Te escribe, te
lee, te escucha y te da su opinión, sin adornos, transparente,
sincera, pero al mismo tiempo con tacto. Transmite seguridad en todo
lo que hace, aunque ni ella misma esté segura, sigue adelante
pisando firme, como si conociera el camino que sus pies seguirán
durante un largo recorrido y se sintiera tranquila gracias a ello.
Siempre está dispuesta a comerse el mundo, aunque el mundo se la
coma a ella, a veces. Muy madura para su edad, siente que en
ocasiones no encaja con su entorno habitual, y busca otro en el que
sentirse más cómoda, busca el nuestro, ya es una más. Valiente, no se echa atrás ante las dificultades, si no
todo lo contrario, las afronta con más ganas que las situaciones
fáciles de resolver. No es
perfecta, ni mucho menos, nadie lo es. Pero si había alguien en la
familia capaz de desconectar de todo por un rato en aquel momento,
era ella.
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