No
es nada nuevo, siempre es así. Vive entre gritos, y se acostumbra,
aunque de vez en cuanto se engaña, y piensa que las cosas van a
cambiar. Pero no cambian, nunca lo hacen. Tiende a ignorarles, a
tratar la situación como algo normal, y cada vez que le surge la
mínima duda de sí lo es o no, de quién es realmente el malo y el
bueno en toda la historia, intenta por todos los medios engañar a su
mente para que deje de planteárselo. Lleva haciéndolo durante años, desde que tiene uso de razón, al fin y al cabo basta con
permanecer encerrada en su habitación, subir el volumen de la
música, y desconectar. Evadirse del mundo, y esperar a que termine.
Y en las ocasiones en las que la situación acaba por hacerse
insoportable, salir de casa, a pasear al perro que siempre quiso y nunca tuvo, regresar tras un largo rato, y actuar
como si nada hubiese sucedido. Así es como ha funcionado siempre,
así es como funciona, y así es como funcionará. Le guste o no, es
más de lo mismo. Puede adaptarse, o marcharse, pero de nada le
servirá revelarse. Más de lo mismo...la misma mierda de siempre.
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