lunes, 18 de mayo de 2015

Amor y otras drogas.

La mejor forma de impedir que alguien te cause dolor es no dejar que tu corazón sepa de su existencia. Si sientes que ya es demasiado tarde, es porque algo sientes...y ante eso no hay marcha atrás. Al final sentir, estar dispuesto a que llegue el momento en el que ames a alguien, es como darle la posibilidad de destruirte, confiando ciega y desesperadamente en que no lo haga. Por eso me preocupa la gente que dice que lleva tiempo buscando el amor, como si el amor estuviera por ahí correteando de un lado al otro de la calle o escondido en un rincón. Como si existiera un amor empaquetado, un producto diseñado que adorna un escaparate o que compras en el supermercado. Se creen el cuento del amor prefabricado que nos venden en las películas de los domingos por la tarde, o que nos cantan en las canciones que suenan a todas horas en la radio. Uno no busca el amor, uno lo construye, poco a poco, con tiempo y con cuidado, sin prisas, sin agobios, incluso en el momento más inesperado. Uno no busca el amor...es el amor el que le encuentra a él.


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