La niña de los mil peinados. Ricitos de oro, al principio, que ha cambiado sus caracoles por un largo y liso pelo castaño. Es elocuente, y graciosa, tiene comentarios que otras no tienen, que a otras no se les ocurren, y eso me gusta, me gusta mucho. También me gusta como tira, lo bien que lo hace, sin saberlo, y como se mueve, cuando quiere, cuando le apetece...es difícil conseguir que Carmen entrene en serio, pero cuando lo hace, da gusto verle. A veces no está, otras se distrae y se entretiene, pero lo que sí que es cierto es que cuando hace falta de verdad, se pone seria, juega, lucha, defiende...y deja ver la jugadora que lleva dentro, y que en el fondo, siempre está presente.
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