sábado, 9 de abril de 2011
Juguemos.
Falta poco tiempo para que termine el partido, pero tú ganas. Hagamos un trato. Fijemos las reglas, y juguemos. Yo juego a hacer que ya no siento, y tu juegas a hacer que nada pasa. Eludamos los problemas en lugar de enfrentarlos, veámonos, hablemos de tonterías, sonriamos falsamente, aguantémonos día tras día y que nadie nos moleste. Queda prohibido preguntar, cruzar la línea, ir más allá. Olvidemos los destellos de sinceridad, y continuemos la historia a tu manera, que no la mía, aunque no me quede opción, ni ganas. Y después vete lejos, deja que te olvide, y cuando vuelvas, déjame marchar a mí. Y si tengo que mentirte una vez más, te diré que no te quiero. Pero no te haces una idea de lo jodidamente difícil que es intentar dejar de quererte.
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