jueves, 30 de junio de 2011
Una caja llena de besos.
lunes, 27 de junio de 2011
Vuelven los mediodías.
viernes, 24 de junio de 2011
After 47 hours.
jueves, 23 de junio de 2011
Un helado con sabor a "hoy no quiero hablar con nadie".
domingo, 19 de junio de 2011
Una vez más...Ginebra
Se empieza por reconocerlo, es el primer paso. No tengo un motivo racional que lo argumente, pero el amor es así de incomprensible, a veces. Siempre he pensado que es imposible estar enamorado de dos personas al mismo tiempo, pero cuando no se trata sólo de personas, la cosa cambia un poco. Nunca me ha gustado el término "enamorarse", y no estoy segura de poder utilizarlo en este momento para referirme a mi sentimiento hacia él, pero puestos a suponer, supongamos que me enamoré de él, estando ya enamorada de ella. Me enamoré de una ciudad, me enamoré de Ginebra. Por eso cada vez que estoy aquí siento esa felicidad plena que se siente cuando no necesitas nada más, que te saca una sonrisa de oreja a oreja cada dos por tres sin motivo alguno, y por eso cada vez que la abandono me genera un vacío interior tan difícil de llenar, que permanece conmigo siempre, en mi subconsciente, hasta que vuelvo a verla. Con ella lo tengo todo, y sin ella tengo muchas otras cosas, pero en determinados momentos me siento como si no tuviese nada. Y sí, puestos a suponer, supongamos que estoy enamorada, al mismo tiempo y de la misma forma, de ambos, pero ella es ahora quien me inspira, y aunque suene egoísta, esta vez me toca elegir a mí...y por el momento, la elijo a ella.
jueves, 16 de junio de 2011
¿Del 1 al 10?
miércoles, 15 de junio de 2011
Sobre las almas gemelas.
martes, 14 de junio de 2011
Come, reza, ama.
No sé cuando dejé de escribirte. Y no me refiero a escribirte en el sentido literal de lo que la conjugación verbal significa, si no a escribir a partir de algo que sonara a tí. Tal vez fue antes de que me leyeras, tal vez mucho después, o tal vez, y seguramente sea lo más probable, no me hayas leído jamás. No se cuándo empecé a olvidarte. Y no me refiero a olvidar quién eras, si no a dejar de pensar en tí cada día como si en algún momento fuesemos a ser capaces de hacer que nuestros caminos volvieran a conectar como entonces...lo cuál ignoro, quién sabe, algún día, a lo mejor...tal vez fue a raíz de lo de los ciruelos chinos, o tal vez después, con el Ajedrez, pero desde luego se que fue antes de lo del Club Dumas. ¿Cuándo me olvidé del todo?...seguramente no lo haya hecho todavía, y no puedo evitar que un cosquilleo frío recorra mi cuerpo de a bajo arriba y se detenga en la garganta, cortando por unos segundos el paso de aire para respirar, cuando escucho de nuevo tu nombre(y mira que es bien feo), cuando tengo noticias de tí, o simplemente al pensar en la forma y el momento en el que nos volvamos a encontrar...lo cual se reduce a meras suposiciones, porque lo ignoro...no tengo ni la más mínima idea de cómo y cuándo voy a decírtelo, y no puedo ser más sincera cuando digo que para mi mente y para mi alma fuiste, eres, y serás único...pero esta vez, me toca elegir a mí. Esta vez, me toca pensar en mí.
Plantaré un jardín entero lleno de tréboles de 7 hojas para mí. Esta vez, sólo para mí.
jueves, 9 de junio de 2011
Saber o no saber.
"El que no sabe que no sabe, es un necio; apártate de él. El que sabe que no sabe, es sencillo; instrúyelo. El que no sabe que sabe está dormido; despiértalo. El que sabe que sabe, es sabio; síguelo." |
lunes, 6 de junio de 2011
Genève.
Il n'importe pas quel ou le moment, l'époque de l'année ou le lieu. Tu respires toujours stabilité, tranquillité, calme. Depuis que tu te lèves le matin avec la brise lisse du vent humide du lac jusqu'à ce que tu te couches chaque nuit sous le ciel obscur et plein d'étoiles. Tu marches par la rue et personne ne te surveille, personne ne te juge, personne ne te connaît, sauf le propriétaire du petit super-marché de la place d'en avant, qui a contrôlés à tous les voisins de la pomme, ou l'homme que chaque jour retire les feuilles sèches qui tombent sur le terrain de basket-ball de la cour arrière, q'il demande toujours autant de temps tu resteras cette fois. Tous sont gentils avec toi, te transmettent tranquillité, bonne humeur, et les premiers jours, quand ton timide français sonnera oxydé et lent, s'efforcent par comprendre et pour faire que tu les comprennes. Peines trafic, à peine bruit, à peine fumée, beaucoup de bicyclettes, et aucune qui autre autobus. Les rues incroyablement propres, les parcs pleins de vie, enfants et animaux en courant d'un côté un autre, jardins colorés jusqu'en époque d'hiver… et neige, beaucoup de neige, mais de ce qui est jolie, dont elle ne donne pas du froid, dont il donne de la paix. Le chocolat, tellement bon que il ne te rassasie jamais, son parfum produit la sensation que tu pourrais seulement manger cela. Et les longues nuits dans différents lieux, différente atmosphère, différents gens…ou dans le sofa de maison, avec les couvertures de couleurs, les films en version originale et les séries subintitulées ou les romans de Reverte, mais qui ne cessent pas d'être de nuits. Genève...d'autres personnes parlent d'elle comme si elles la connaissaient...Ils ne savent rien.
jueves, 2 de junio de 2011
Días con humo.
miércoles, 1 de junio de 2011
Verso acabado. Punto.
Que yo le vi marchar sereno y con la vista puesta al frente decir eso de "eh, ahí te quedas, sigo adelante". Que no tembló, y no dudo ni un solo instante, en continuar sin girar ni tan si quiera a comprobar si ahí seguías, sin detenerse a tomar aire.Y las frías calles durmieron sobre el húmedo lecho de lluvia, que tiñó el cielo de gris oscuro y pintó la noche, y entre el gemido de las alcantarillas vacías, la luz tenue de las farolas turbias, y la brisa opaca que arrastraba los reproches, se hacía pequeño en la distancia, hasta doblar la última esquina y desaparecer de golpe. Y no tembló, y no dudó. Pero también te digo que tiempo atrás fui yo la que le vio pararse, dia tras dia, noche tras noche, y ganarse por momentos cada uno de los siete botones que desabrochaba de aquella camisa, cuando ni si quiera me importaba su nombre...y ahora cada vez que lo escucho tiemblo, si imagino que lo tengo delante, aun saliendo a la calle sabiendo que no voy a encontrarle. Con esto quiero decir que a mí de versos no me tienes que decir nada, que hace tiempo que escribo los míos, que no se agotan, que son eternos. Que su indiferencia, sus incoherencias, sus "ésto me da igual, ésto me interesa", son algo con lo que ya cuento. Que él olvidó, claro que olvidó. Que recuerda, también, a su manera, que no la mía. Porque a veces olvido acordarme de que le estoy olvidando, y a veces, sólo a veces, se me olvida olvidarle.